Ningún niño debe ser combatiente

28 abril, 2020

En el día de la niñez, la MAPP/OEA reitera su preocupación por la continua utilización de niños y niñas en el conflicto y la criminalidad. También renueva el llamado a garantizar sus derechos.

El monitoreo realizado por la Misión de Apoyo al Proceso de Paz señala que el reclutamiento forzado de niños, niñas y adolescentes persiste en Colombia, en zonas como Catatumbo, Sur de Bolívar y Bajo Cauca, y en departamentos como Antioquia, Caquetá y Chocó. La Misión ve con especial preocupación el impacto que la vinculación forzada a grupos armados ilegales en los territorios étnicos, con una afectación directa al tejido social y a las tradiciones de sus comunidades.

En estas y otras zonas del país, los grupos ilegales utilizan a los menores de edad como “niños soldado”, vigilantes, mensajeros, cobradores de extorsiones e, incluso, como reclutadores de otros menores.

Según análisis de la MAPP/OEA, los grupos armados ilegales emplean principalmente cuatro tácticas. Los seducen mediante el ofrecimiento de dinero, armas cortas o artículos de lujo; utilizan a otros menores para que los atraigan al grupo armado; los convencen a través de invitaciones constantes o presión psicológica, y también los amenazan con atentar contra su vida o la de sus familias si no se unen a las filas.

Garantizar los derechos de los niños, niñas y adolescentes es una labro impostergable para el Estado colombiano.

Durante los últimos 15 años, la Misión ha identificado que las condiciones que contribuyen al reclutamiento forzado en territorios vulnerables no han cambiado. Por el contrario, en el marco del conflicto armado los niños, niñas y adolescentes también son víctima de violencia sexual, desplazamientos forzados y explosión de minas antipersonal, entre otros.

Por eso, además de los retos estructurales asociados a la llegada articulada e integral, el Estado colombiano enfrenta el desafío de ponerse al día en la oferta efectiva de servicios de educación, vivienda, salud, oportunidades de empleo e ingresos, y mecanismos de prevención de violencias al interior del hogar.

Recientemente, la MAPP/OEA ha destacado el abordaje del reclutamiento forzado de menores en el Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRN), a través de la apertura del caso 007 en la JEP. También ha celebrado la priorización de casos de violencia contra NNA en las sesiones de la Comisión Nacional de Coordinación del Sistema Nacional y la Jurisdicción Especial Indígena (COCOIN).

La Misión misma ha venido acompañado iniciativas para prevenir violencias en contra de menores de edad, especialmente en César, Córdoba y Nariño. También ha desarrollado acciones encaminadas a promover el acceso a sus derechos en Caquetá, Nariño y Norte de Santander.

En concepto de la Misión de la OEA, el respeto, garantía y promoción de los derechos de la niñez, así como su participación activa, son fundamentales para avanzar en el logro de una paz completa. Por eso, seguirá visibilizando las dinámicas de afectación a esta población, y contribuyendo a su participación y empoderamiento en los procesos territoriales de paz.

Fortalecimiento de justicia del pueblo Barí

2 octubre, 2018

Con la participación de 20 autoridades indígenas, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP/OEA) inició este lunes el proceso para fortalecer el gobierno y justicia propia del pueblo Barí. Esta iniciativa se enmarca en el Ejercicio Nación, que busca el reconocimiento y consolidación de los usos y costumbres de la Nación Barí, cuyos miembros habitan, principalmente, en el departamento de Norte de Santander.

Para este primer encuentro, la Misión realizó una introducción pedagógica de la normativa nacional e internacional sobre la jurisdicción especial indígena, así como sobre sus alcances, competencias y límites. Así mismo, se explicaron las posibilidades y dificultades que existen en materia de coordinación con la jurisdicción ordinaria y los retos de la aplicación de la justicia propia.

El objetivo de estos espacios es abrir el diálogo entre las autoridades Barí, para que conversen sobre los conceptos de justicia en su comunidad y discutan sobre sus mecanismos de aplicación, las conductas consideradas problemáticas en el territorio, los actores que intervienen en el proceso y su coordinación con las entidades nacionales.

Para la cosmovisión Barí, los saberes ancestrales explican la existencia, y plasman “todo lo que sale del corazón del hombre como representación de la protección hacia el mundo que rodea”. Estos saberes representan el conjunto de sus sentimientos, así como “la unión y fusión” que tienen con la naturaleza.

En este espacio, igualmente, se pudo generar un plan de trabajo conjunto entre la MAPP/OEA y el pueblo Barí, con el objeto de continuar afianzando el proceso de fortalecimiento de sus instituciones de justicia. Este proyecto hace parte de las actividades realizadas por la MAPP/OEA en el marco de las líneas de interjurisdiccionalidad y de fortalecimiento al Derecho Propio y responden al mandato de la Misión renovado en el año 2017.

Conversatorio de Jueces y Fiscales del Sur de Bolívar

17 mayo, 2018

CONVERSATORIO JUECES FISCALES SUR DE BOLIVAR

Con el propósito de dialogar sobre los retos de la justicia para la construcción de paz, jueces y fiscales del Circuito de Justicia de Simití (Sur de Bolívar) se reunieron en Barrancabermeja los días 16 y 17 de mayo.

Estas jornadas fueron un espacio de debate y reflexión, en las que Jueces y Fiscales del Circuito de Justicia de Simití en el Sur de Bolívar tuvieron la oportunidad de encontrarse para conocer las necesidades y retos actuales para la administración de justicia en su jurisdicción.

Uno de los principales temas abordados fue la actual dificultad para el acceso a la justicia en zonas rurales apartadas, así como los avances logrados por medio de iniciativas de creación de capacidades locales para la conciliación y la resolución de conflictos.

En ese sentido, parte de la agenda también abordó el trabajo que se adelanta con organizaciones defensoras de derechos humanos como el Programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio (PDPMM) y la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (Credhos). Con estas organizaciones se trabajan en la implementación de programas que aborden la justicia desde un enfoque territorial. Uno de los ejemplos, en este sentido, lo lidera el PDPMM con el proyecto “Sistemas Locales de Justicia”, que tiene como propósito fortalecer a las Juntas de acción comunal en temas de justicia alternativa (Conciliadores en equidad y mediadores) para asegurar respuestas oportunas y efectivas en las comunidades.

Así mismo, el encuentro también permitió el intercambio de inquietudes y posiciones sobre los avances en la implementación de los Acuerdos de Paz firmados entre el Gobierno y la ex guerrilla de las FARC-EP.

Como parte de las conclusiones de este encuentro, se reconoció la necesidad de seguir abriendo espacios de este tipo para construir estrategias de reflexión, conocimiento y gestión interna, que permita la construcción de un modelo de justicia acorde a  las necesidades y los contextos  específicos  de  cada población, ofreciendo una  mayor y mejor oferta  institucional  para el pleno  acceso,  y teniendo en cuenta los principios de: justicia restaurativa, acción sin daño, participación y enfoque diferencial.

Este espacio, que surgió como una necesidad de los operadores de Justicia del Circuito del Sur de Bolívar, fue apoyado y acompañado por la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP/OEA). Para la Misión, el fortalecimiento del acceso a la justicia es una de las garantías de una paz estable y duradera en los territorios.

Especial: Retos actuales entre la justicia indígena y la justicia ordinaria

15 mayo, 2018

“Todo el sistema judicial busca hacer justicia, pues es una condición necesaria para vivir en paz”, asegura Leandro Shinye Jamioy del grupo de fortalecimiento de justicia étnica del Ministerio de Justicia. El mejoramiento de la administración de la justicia se ha convertido en un referente para la sana convivencia y un ideal para la construcción de paz. Tanto para los pueblos indígenas como para los entes judiciales del Estado, la justicia es y será una base para el alistamiento territorial de cara al posconflicto.

Las comunidades indígenas hacen un llamado a la comprensión de su jurisdicción especial, un reconocimiento que viene desde la constitución del 91, con la distinción de sus derechos colectivos y fundamentales, sino también a la luz de tratados internacionales y de la Corte Suprema de Justicia.

Esta visión según las autoridades indígenas, no solo permitirá entender cómo funciona su ordenamiento jurídico y la forma cómo se administra justicia al interior de los resguardos y cabildos, sino también sus tradiciones y costumbres esenciales. Esto implica no desconocer que ha existido un debilitamiento de la administración de la justicia, en la mayoría de los casos por las dinámicas que suscita la presencia del conflicto armado en estos territorios.

La masacre en el resguardo Tortugaña-Telembí, donde fueron asesinados 14 miembros de la comunidad indígena por parte de las FARC en el año 2009, es un referente de esta realidad. La presencia de grupos armados en esta zona ocasionó desplazamientos y reclutamiento forzado, como también afectaciones al medio ambiente, factores que coartan la posibilidad de administrar un territorio propio, un derecho que tienen las comunidades indígenas. “Con la masacre llegó un debilitamiento a nivel general, pero desde el día que se presentaron los hechos nos pusimos a pensar qué podíamos hacer y le hicimos frente a una situación de guerra”. Alberto Pay, Gobernador del Resguardo Gran Rosario del Municipio de Tumaco, Nariño.

En las regiones donde el conflicto armado se ha instaurado durante muchos años, la administración de la justicia por parte de las comunidades indígenas se ve limitada, hasta el punto que la justicia ordinaria llega a suplir esta necesidad, en gran parte por el desconociendo del derecho propio como mandato especial.

“Hay casos en los que en la justicia ordinaria se nos pasan por encima. Sería también muy importante que la justicia ordinaria no se imponga frente al posible desorden que exista en los resguardos cuando no podamos, se nos va de las manos administrar nuestra propia justicia“ y agrega que, “nosotros tenemos nuestras leyes y nosotros mismos tomamos las decisiones para personas que cometen errores. La justicia de los cabildos es autónoma, entre nosotros mismos castigamos”.

Con este conflicto de competencias, tanto la institucionalidad como las comunidades indígenas estiman necesario llegar a una articulación que procure el mejoramiento de la administración de la justicia a nivel nacional. Una coordinación que permita generar mecanismos efectivos para la administración de la justicia, tanto por parte de la comunidad indígena como de las instituciones del Estado.

“La armonización es importante porque a través de ella los diferentes agentes que trabajan con organismos de justicia, los defensores de Derechos Humanos y demás van a conocer la competencia del derecho propio, su originalidad, y que existe unas diferencias culturales y de justicia propia”, afirma Alejandro Fonseca presidente de la Asociación Azcaita y coordinador temporal de la Jurisdicción Especial Indígena, tanto las comunidades indígenas, como la institucionalidad nacional reconocen que hay que tener un entendimiento entre ambos sistemas, sin desconocer la efectividad que cada uno de ellos trae consigo.

A su vez afirma el gobernador indígena afirma que, “sin haber una armonización, no se va a conocer este tipo de justicia, y no se podrá llegar a una articulación eficaz”.

Actualmente diversas instituciones del gobierno nacional y autoridades indígenas, a través de la Comisión Nacional de Coordinación de la Jurisdicción Especial Indígena y el Sistema Judicial Nacional (COCOIN), están avanzando a través del diálogo y el consenso, para evaluar y determinar cuáles serían los mejores mecanismos para que se establezca una armonización plena y efectiva de la justicia, llegando a una articulación conjunta entre la justicia especial y la justicia ordinaria. “Hay que dialogar y mirar entre ley de autoridad y autoridad estatal cómo vamos a relacionarnos, generando una articulación entre políticas municipales, dialogando con los jueces y la fiscalía”. Explica el gobernador indígena Alberto Pay.

Siendo aún actuales los desafíos para llegar a un consenso frente a la coordinación interjurisdiccional, la MAPP/OEA ha venido acompañando diferentes iniciativas de diálogo en pro de la generación de espacios para lograr una factible armonización entre ambos sistemas. También se ha apoyado la instalación de las mesas departamentales de coordinación interjurisdiccional en las regiones de Guanía, Putumayo y Norte de Santander. Como también la reactivación y fortalecimiento de las mesas en el Nariño, Caquetá y Cesar.

Y si bien, los retos en la armonización siguen vigentes, son notorios los esfuerzos que desde la institucionalidad y las comunidades indígenas se tejen para generar una articulación en pro de la administración efectiva de la justicia, un camino hacia la sana convivencia y la construcción de paz en Colombia.

 

Presentación de Observatorio Carcelario del Chocó

19 abril, 2018

En Quibdó, la MAPP/OEA presentó el proyecto de Observatorio Carcelario del Chocó, iniciativa que espera articular el trabajo de diferentes instituciones para el mejoramiento de la calidad de vida de los privados de la libertad en las cárceles del departamento.

En cumplimiento de su mandato, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP/OEA) ha observado las difíciles condiciones de salud y seguridad en las que se encuentran los privados de la libertad en las cárceles de Quibdó e Istmina.

Es por esto que la Misión presentó a las direcciones de las cárceles municipales, la secretaria de educación del Chocó, la Procuraduría, la Defensoría y representantes de las alcaldías, la metodología de trabajo con la que se espera conocer a profundidad las condiciones de infraestructura de las cárceles, así como el perfil socioeconómico, de salud, educativo, étnico, etario, criminal y disciplinario de los privados de la libertad en el departamento.

Como lo ha podido evidenciar la Misión, enfrentar las dificultades que actualmente se viven en las cárceles del Chocó requiere la elaboración de un diagnostico preciso, que permita definir las prioridades y las acciones necesarias para articular los esfuerzos de instituciones nacionales, departamentales, la academia y la iglesia, entre otros, que puedan generar los alivios humanitarios necesarios en estos casos.

Con esta iniciativa también se busca contribuir a la construcción de confianza en el Estado, al conectar las realidades y necesidades de la población carcelaria y sus familias, con la oferta de las instituciones y operadores de justicia del departamento.

A este esfuerzo se sumará el trabajo de la Universidad de los Andes, la Universidad Tecnológica del Chocó, la Corporación Infancia y Desarrollo, Heartland Alliance y el Consejo Noruego para los refugiados.

Para la MAPP/OEA, el respeto de los derechos fundamentales de la población privada de la libertad en el marco de procesos de Justicia Transicional, resulta clave en la construcción de garantías para la paz. En ese sentido la Misión seguirá monitoreando las condiciones carcelarias y acompañando las iniciativas que permitan mejorar las condiciones de vida de esta población.

Autoridades indígenas comparten con magistrados JEP visiones reparadoras y restaurativas de sus sistemas

18 octubre, 2017

Con el fin de dar a conocer las buenas practicas de las justicias propias de los pueblos indígenas, que a su vez pueden ser planteadas como ejemplos para el nuevo mecanismo de justicia transicional que tiene previsto emitir decisiones con la mayor función restaurativa y reparadora del daño causado, el 18 de octubre se llevó a cabo el conversatorio “Los Aprendizajes de la Jurisdicción Especial Indígena (JEI) en materia de reparación, aplicables en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)”.

Conversatorio “Participación efectiva de las víctimas y celeridad del proceso judicial en la JEP”

24 agosto, 2017

La MAPP-OEA y El Programa de Apoyo a la Construcción de Paz, ProPaz, de la Cooperación Alemana – GIZ, llevaron a cabo el pasado 18 de agosto el conversatorio “Participación efectiva de las víctimas y celeridad del proceso judicial en la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP)”.

Dicho conversatorio tuvo como propósito debatir sobre la necesidad de buscar mecanismos para hallar el equilibrio entre el derecho de las víctimas a participar en los procesos judiciales por un lado y el derecho a un juicio expedito y certero. Llamó la atención en el evento que dentro de la participación de las víctimas existen temas aún por discernir, por lo que se propone encontrar mecanismos que paulatinamente puedan considerar todos los derechos implicados sin dejar por fuera alguno.  Continue reading “Conversatorio “Participación efectiva de las víctimas y celeridad del proceso judicial en la JEP””

Instalada Mesa Departamental de Coordinación Interjurisdiccional en Putumayo

2 agosto, 2017

El pasado 27 y 28 de julio, la MAPP/OEA acompañó la instalación de la Mesa Departamental de Coordinación Interjurisdiccional en Mocoa, Putumayo.

Las jornadas de trabajo entre funcionarios públicos, operadores judiciales y autoridades indígenas permitieron generar un diálogo en torno a la implementación y consolidación de políticas regionales para el fortalecimiento de la coordinación del Sistema Judicial Nacional y la Jurisdicción Especial Indígena. Continue reading “Instalada Mesa Departamental de Coordinación Interjurisdiccional en Putumayo”

Conversatorio “Política de Drogas y Mujeres en el Acuerdo de Paz: Tratamiento Penal Diferencial”

15 julio, 2017

El pasado 14 de julio, se llevó a cabo el conversatorio “Política de Drogas y Mujeres en el Acuerdo de Paz: Tratamiento Penal Diferencial”, evento organizado por la Corporación Humanas Colombia, Dejusticia, el Ministerio de Justicia y la MAPP-OEA con el fin de contribuir a las discusiones en torno al proyecto de la ley relacionado con el Punto 4 del Acuerdo Final “Solución al Problema de las Drogas Ilícitas”.

El conversatorio fue moderado por Daniel Millares, Coordinador del Área de Justicia Transicional de la MAPP-OEA. Las panelistas invitadas fueron: Luz Piedad Caicedo, Subdirectora de la Corporación Humanas Colombia; Ernesto Cortes, miembro de la Asociación Costarricense para el Estudio e Intervención en Drogas (ACEID); Rodrigo Uprimny,  director del Centro de Estudios de Derecho, Justicia y Sociedad Dejusticia; Eduardo Díaz, director de la Agencia para la Sustitución de Cultivos Ilícitos. Continue reading “Conversatorio “Política de Drogas y Mujeres en el Acuerdo de Paz: Tratamiento Penal Diferencial””

EL TIEMPO: La paz también se escribe a pulso de mujer

21 mayo, 2017

– ¿Quién soy yo? Van a tratar de pensar en una palabra que represente esa frase. Si digo que yo soy principalmente alegre voy a adquirir una posición corporal que represente la alegría y voy a empezar a mover mi cuerpo, según lo que la música me transmita. Muevan su cuerpo muy lentamente con el sonido de la música. Que cada cuerpo obtenga un movimiento…

La escena ocurre en el salón de una casa antigua, con aroma de mujer. Es la Casa de la Ruta Pacífica de las Mujeres, en una esquina del centro de Cali. Ahí están ellas, diez mujeres con historias distintas, pero con algo en común: las cicatrices de un conflicto que poco a poco van sanando, aprendiendo a leerse a sí mismas, tratando de reencontrar esas cosas que se refundieron entre los afanes y los miedos, pero que ahora vuelven aflorar.

Algunas están de pie. Otras prefieren permanecer sentadas y unas más están acostadas. La música suave ambienta el ejercicio y una fragancia de aceites las lleva al relajamiento. A los costados, rodeando el salón o en el centro del mismo, ellas buscan esa expresión con la que quieren definirse, mientras la voz de la psicóloga sigue orientando el ejercicio…

– Mi cuerpo es un vehículo de amor, de perfección pura. Mi única realidad es el amor, la energía vital de plenitud que fluye por todo mi ser. No tengo barreras para reconciliarme conmigo misma, porque el dolor y la falta de amor son ilusiones de la mente. La realidad es aquí y ahora, con esa energía plena que fluye de la cabeza a los pies. Y le quiero gritar al mundo que camino hacia la paz y la paz es una realidad.

Autorreconocimiento: así se llama esta primera etapa del proyecto Video Reconciliación, una iniciativa de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz (MAPP- OEA), de la Agencia Colombiana para la Reintegración (ACR), de la Unidad de Víctimas, la Secretaría de Paz de la Alcaldía de Cali y la Ruta Pacífica de las Mujeres. Un aporte a la reconciliación entre mujeres desmovilizadas, mujeres víctimas y mujeres residentes en zonas vulnerables, 30 en total, con el fin de fortalecerlas como sujetos políticos que aporten a escenarios de paz.

La iniciativa comenzó en febrero y tiene un año de duración. Actualmente se encuentran en la etapa de sensibilización, con el autorreconocimiento de sus participantes, además de los encuentros de integración entre los distintos grupos. A mitad de año pasarán al módulo de construcción de paz y más adelante aprenderán a manejar equipos de grabación, técnicas de entrevista y desempeño visual para ser ellas mismas quienes produzcan dos documentales como parte del proceso.

Adicionalmente, el producto final será un documental de una extensión máxima de 30 minutos, realizado por Sylvia Mejía, directora y creadora de la metodología de Video Transformación, en la que se inspira el proyecto, además de una gran reflexión final que reúna las vivencias y lo aprendido, más allá de lo técnico.

Según los creadores del proyecto, Video Transformación es una metodología que reconoce que el crecimiento personal puede tener lugar a través de la observación y la reflexión sobre uno mismo (la imagen propia, la apariencia, el discurso, los gestos, el comportamiento, entre otros), y en consecuencia se nutre de las características más importantes del video: la posibilidad de retroalimentación inmediata.

Paola Andrea Gómez P.

Luego les reparte un pedazo de cartulina y arcilla, para que cada una moldee algo que sintetice tres preguntas: ¿quién soy yo?, ¿qué quiero transfomar? y ¿qué quiero reconciliar?

Foto: Paola Andrea Gómez P.
Auto reconocimiento. Así se llama esta primera etapa del proyecto Video Reconciliación.

La escena ocurre en el salón de una casa antigua, con aroma de mujer; es la Casa de la Ruta Pacífica de las Mujer.

Foto: Paola Andrea Gómez P.
Al final, parecen haberse quitado muchos ladrillos de encima. Sus dibujos, sus transformaciones, forman un círculo en medio del salón y se enciende una vela para cerrar la jornada.

Al final, parecen haberse quitado muchos ladrillos de encima. Sus dibujos, sus transformaciones, forman un círculo en medio del salón y se enciende una vela para cerrar la jornada.

Foto: Paola Andrea Gómez P.
Paola Andrea Gómez P.

Luego les reparte un pedazo de cartulina y arcilla, para que cada una moldee algo que sintetice tres preguntas: ¿quién soy yo?, ¿qué quiero transfomar? y ¿qué quiero reconciliar?

Foto: Paola Andrea Gómez P.
Auto reconocimiento. Así se llama esta primera etapa del proyecto Video Reconciliación.

La escena ocurre en el salón de una casa antigua, con aroma de mujer; es la Casa de la Ruta Pacífica de las Mujer.

Foto: Paola Andrea Gómez P.

Fabiola Perdomo, directora territorial de la Unidad de Víctimas del Valle del Cauca y viuda de Juan Carlos Narváez, uno de los diputados asesinados por las Farc en cautiverio, dice que con este proyecto “las mujeres, a partir de sus múltiples roles como esposas, viudas, madres, lideresas y ciudadanas se convierten desde la cotidianidad en reconstructoras del tejido social. En ciudades como Cali, que experimentaron de cerca el conflicto y hoy son ejes del posconflicto, mujeres que vivieron la guerra desde lados diferentes, hoy están compartiendo el territorio y tienen el desafío de la convivencia”.

A su turno, Roberto Menéndez, jefe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la Organización de Estados Americanos, expresa: “Este proyecto contribuye al reconocimiento individual y colectivo, y al encuentro entre las mujeres que han sufrido, de distintas maneras, los impactos de la guerra. También facilita el empoderamiento para que ellas se conviertan en lideresas del cambio y los procesos de construcción de paz que requieren los más amplios compromisos. Esta iniciativa constituye un primer paso en el camino posible hacia la reconciliación, que no es fácil, pero que debe comenzar desde la cotidianidad y en los territorios más afectados por el conflicto, como es el suroccidente colombiano”.

¿Qué quiero transformar?

La tarde continúa en la antigua casona del centro de Cali. Las mujeres, las protagonistas de la historia, empiezan a hablar de cómo se sintieron en el ejercicio para definirse:

– Me reconocí. Me sorprendió encontrarme con la cicatriz de mi cesárea.
– Me daba miedo chocarme con alguien.
– A mí se me hizo fácil, hasta monté bicicleta.
– Hace muchos años que no hacía movimientos con mi cuerpo. Sentía que el cuerpo lo necesita, pero a mí me daba pena de pronto hacer movimientos que fueran vergonzosos. Es que uno se dedica mucho a otras personas, pero se olvida del cuerpo…

La psicóloga de la ACR interviene para explicarles un poco por qué es importante autorreconocerse, ser dueñas de sí. Luego les reparte un pedazo de cartulina y arcilla para que cada una moldee algo que sintetice tres preguntas: ¿quién soy yo?, ¿qué quiero transformar? y ¿qué quiero reconciliar? “Ese va a ser el símbolo que me va a recordar la transformación, la reconciliación”, concluye.

Pasados unos minutos, con sus dibujos cada una va concluyendo lo que plasmó:

– Hice una palma que ha soportado muchas tormentas. Y las raíces sobresalen porque están fuertes, a pesar de las dificultades. Y voy a estar firme venga lo que venga, para adelante.

– La mía es una mariposa, me siento identificada con ella. Estoy un poco en contradicción, soy fuerte pero sensible. La hice en movimiento porque ella va a alzar vuelo.

– Me siento feliz porque a uno le habrán podido quitar todo, pero la vida sigue, y mientras tenga vida y salud, lo tengo todo. Hice una palomita porque quiero volar, conocer. Y la casita que también quiero alcanzar a tener. A las plantas las quiero mucho porque ellas me dan vida.

– Esta soy yo, la mujer que me liberé. Muchas veces mojé las hojas de los cuadernos con lágrimas, pero ahora salgo a la calle sonriendo, feliz. Me liberé y este es el camino, ayudar a otras mujeres. Ahora puedo hablar sin llorar. Y he llegado a muchos rincones para decirles que caminemos juntas.

– Esta es la banda que tapó mis ojos y hoy la dejo atrás. Esta soy yo con un vestido bonito, de flores, como me gustan. A pesar de mis ataduras tengo que lograrlo, porque yo sí puedo.

– La mía es una mariposa que va volando y esta es una escalera en ascenso. Mi lema: insistir, persistir y nunca desistir. No me doy por vencida nunca. Siempre estoy pensando en ayudar a la gente. Y estas flores son para identificarlas a ustedes y a quienes quieren vivir en paz.

Al final, parecen haberse quitado muchos ladrillos de encima. Sus dibujos, sus transformaciones, forman un círculo en medio del salón y se enciende una vela para cerrar la jornada.

A muchas les cuesta aún reabrir sus páginas, hablar de sus paréntesis, verbalizar sus momentos más lúgubres, pero poco a poco van venciendo sus miedos y aprenden de eso que llaman empoderarse, que no es otra cosa que sentirse seguras, capaces de enfrentar lo que venga, estar orgullosas de su rol como mujer, sentirse iguales no inferiores, hablar de lo que creen, decir lo que piensan.

Pero quizás la mejor manera de definir lo vivido y lo que aquí se está construyendo es –como lo sintetiza una lideresa del oriente de Cali, oriunda del Pacífico y quien le apuesta a esta experiencia como un peldaño más en el camino de la reconciliación– con perspectiva de mujer:

– Hay muchas cosas qué aprender. Mucho camino aún por recorrer. Pero nos estamos reconociendo. Nos estamos empoderando. Y es así como quizás podamos curar las heridas y salir adelante. Es así como podemos ser mujeres líderes, de verdad, que se levantan y siguen, que aprendieron a hablar y que se reconocen como constructoras de paz.

Caminos por recorrer

La iniciativa de Video Reconciliación busca producir un cambio positivo en la percepción de las mujeres, los funcionarios y la comunidad involucrada en el proyecto, que posibilite un ambiente de reconciliación, genere un cambio positivo en la percepción de la ciudadanía respecto a la reconciliación y sistematice la experiencia (informe final y documental) para aportar a la construcción de modelo de trabajo enfocado hacia la reconciliación.

La cifra aproximada de beneficiarios indirectos, además de las 30 participantes, es de 295.803 personas, determinada de la siguiente manera: grupo familiar de las participantes (120 aproximadamente), comunidades en las que conviven las participantes (294.085), equipo técnico (20), grupo operativo instituciones locales (278), número de copias del documental repartidas (1000), asistentes al foro y estreno documental (300 aprox.).

Los efectos potenciales del mismo son:

– Que las mujeres tengan nuevos conocimientos sobre sí mismas.
– Proceso activo de toma de palabra.
– Empoderamiento y elevación de la autoestima.
– Posibilita desaprender discursos y romper esquemas mentales.
– Cuestiona actitudes autoritarias.
– Rompe silencios y aislamientos.
– Revela formas ocultas de rechazo hacia sí misma y hacia los demás.
– Descubre y realza talentos ocultos

El documental final será realizado por la directora y creadora de la metodología Video Transformación, llamada Sylvia Mejía, junto a un equipo de grabación. Pero las mujeres participantes tendrán oportunidad de hacer dos documentales (con proceso de rodaje y edición), como parte del ejercicio de aprendizaje que propone el proyecto. Son un plus, un regalo para que ellas mismas realicen todo el proceso que implica hacer un producto audiovisual y puedan, así mismo, empezar a realizar sus propios videos, replicando lo aprendido con sus comunidades.

El video será el reflejo de todo el proceso vivido por las participantes durante el proyecto. Estará enfocado en mostrar un aporte a la reconciliación entre mujeres que estuvieron en lados opuestos del conflicto y de mujeres que habitan los territorios más vulnerables de la ciudad y deben empezar a convivir juntas. La experiencia concluye en los primeros meses del próximo año.

Una vez terminados los productos (el informe final y el videodocumental), serán compartidos con autoridades locales y nacionales a cargo de reparación, reintegración y reconciliación: la Agencia Colombiana para la Reintegración, la Alcaldía de Cali, la Unidad para la Atención y Reparación a Víctimas y el Centro Nacional de Memoria Histórica, entre otros.

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