La MAPP/OEA en los medios

La desaparición de un líder campesino tiene en vilo al Catatumbo

Medio: Pacifista

El pasado 7 de febrero, los habitantes de La Gabarra marcharon por las calles del corregimiento para clamar por el regreso de Henry Pérez. Foto: MAPP-OEA

Tibú es uno de los pueblos más golpeados por la guerra en la región del Catatumbo (Norte de Santander). Allí se cometieron al menos siete masacres entre 1999 y 2004, y durante ese periodo la disputa territorial entre las Farc, el Eln y los paramilitares afectó a más de 47 mil de sus habitantes.

Fue en Tibú donde los ‘paras’ del bloque Catatumbo, al mando de Salvatore Mancuso, establecieron su centro de operaciones para hacerse con el control de los extensos sembradíos de hoja de coca que las guerrillas regulaban en la región. Las rentas que el narcotráfico le representó a ese bloque llegaron a ser de tal dimensión que, de acuerdo con la Fiscalía, y tan sólo en el corregimiento de La Gabarra, los paramilitares ‘adquirieron’ 105 fincas cocaleras, 45 burros, 39 casas, 17 locales comerciales, 15 motores fuera de borda, nueve camionetas y ocho canoas.

Tras perder buena parte del jugoso negocio de la coca,  las Farc y el Eln emprendieron una sangrienta ofensiva para recuperarlo y entre 2001 y 2004 asesinaron a cerca de 64 campesinos que trabajaban como “raspachines” en terrenos que, supuestamente, les pertenecían a los ‘paras’. Todo ello, sumado a la débil presencia del Estado y a los conflictos sociales que desató la implementación del Plan Colombia, hizo de Tibú un pueblo fuertemente victimizado.

Hoy, cuando los niveles de violencia se han reducido, algunos líderes del municipio gestionan ante la Unidad de Víctimas la selección de La Gabarra como sujeto de reparación colectiva, para que el Estado los resarza por los largos años en que quedaron a merced guerra. Uno de los dirigentes más significativos de ese proceso es Henry Pérez, presidente de la Junta de la vereda Trocha Ganadera y gerente de la Asociación de Pequeños Productores del Catatumbo (Asoprocat).

Es, quizá, por esa razón, que la ausencia de Henry Pérez ha calado tan hondo entre los pobladores de La Gabarra. Desde el pasado 26 de enero, cuando se encontraba en una finca del municipio, nadie volvió a saber de él, y la incertidumbre por la falta de información sobre su paradero ha despertado muestras de solidaridad en toda la región. En el área hacen presencia las Farc y el Eln, además de la brigada móvil número 30 del Ejército.

Dice Carlos González, coordinador de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA en Cúcuta, que “después de la desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia, Henry fue uno de los líderes con los que se empezó a generar confianza entre las comunidades y la institucionalidad, buscando posicionar a La Gabarra como un sujeto de reparación a nivel nacional”.

Además de su trabajo con las víctimas, Pérez es reconocido por gestionar proyectos productivos para sustituir los sembrados de hoja de coca de Tibú, el tercer municipio con mayor área cultivada de Colombia según la última medición de Naciones Unidas. Ecopetrol y la Unidad de Consolidación Territorial financiaron en 2015 la siembra de 20 hectáreas de caucho y cuatro hectáreas de piña Golden en parcelas de campesinos afiliados a Asoprocat, mientras que en 2013 la Alcaldía le prestó acompañamiento a la Asociación para poner en marcha un proyecto ganadero.

Por eso, Juan Manuel Aparicio, párroco de La Gabarra, opina que “Henry es uno de los grandes líderes del corregimiento, se ha preocupado mucho por la comunidad y habla en nombre de ella en diferentes contextos para buscar el progreso colectivo. Es una voz en medio del desierto, que habla en nombre de los que no tienen voz, con enorme carisma y capacidad de liderazgo”. El líder campesino Henry Pérez.

Cuenta Juan Quintero, de la Asociación Campesina del Catatumbo (Ascamcat), que “el 27 de enero la familia de Henry Pérez y otros 80 campesinos hicieron una búsqueda por las veredas aledañas. Además, los líderes comunales hablaron con los grupos insurgentes que hay en la zona para saber si lo tenían retenido. No hubo ningún resultado, y esto ha generado temor en el Catatumbo, además de una revictimización de La Gabarra”.

Angustiada, y convocada por la Iglesia, la comunidad marchó el pasado 7 de febrero por las calles del corregimiento pidiendo el regreso de Pérez. La OEA y organizaciones sociales y políticas como Marcha Patriótica, el Movimiento de Víctimas de Crímenes de Estado (Movice) y la Fundación Progresar también se han pronunciado y le han pedido al Gobierno que tome medidas urgentes para encontrar al dirigente campesino.

Mientras tanto, la Consejería para los Derechos Humanos declaró que “en nombre del Gobierno rechaza y repudia cualquier tipo de amenaza o actuación en los que se pretenda atentar contra la integridad de líderes comunitarios y reclamantes de tierras en el país”.  No obstante, las labores del Gaula de la Policía y el Ejército no han arrojado ningún resultado, y un sector de la comunidad siente que las autoridades “ya se dieron por vencidas”.

De ahí que, según González, “se debe mantener la voz de alerta, porque Henry no se puede convertir en una persona más que desaperece en el Catatumbo”. En su opinión, “esto significa un fuerte reversazo para la región, por el perfil de liderazgo de Henry, por la coyuntura en que se da su desaparición, y por lo que se viene en la zona de cara a la implementación de los acuerdos” entre el Gobierno y las Farc, en la que se espera que las víctimas y los líderes agrarios tengan un papel protagónico.

El pasado 16 de enero, también en el Catatumbo, fue asesinada la lideresa de Ascamcat Nelly Amaya, quien se desempeñaba como presidenta de la Junta de Acción Comunal del barrio Guamalito de San Calixto y había sobrevivido al genocidio de la Unión Patriótica.

CRÉDITO: PACIFISTA COLOMBIA
Copyright: http://pacifista.co/la-desaparicion-de-un-lider-campesino-tiene-en-vilo-al-catatumbo/ .

 

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