La Escuela de Líderes se toma la radio

14 octubre, 2020

A través de emisoras comunitarias, liderazgos sociales de cuatro municipios de Antioquia siguen formándose en Derechos Humanos y fortaleciendo sus capacidades de interlocución con el Estado. 

Los desafíos para las mujeres y los hombres que defienden los Derechos Humanos, la vida, la paz y los territorios en Colombia no se detienen. De hecho, la pandemia ha profundizado las inequidades prexistentes, y, con ello, ha evidenciado la necesidad de seguir fortaleciendo el rol de los liderazgos sociales para construir escenarios de paz sostenible en los lugares más afectados por el conflicto armado y la criminalidad. 

Hace tres años, la MAPP/OEA y otras instituciones comenzaron el proceso de capacitación “Escuelas de líderes, constructores de paz”, en municipios del Nordeste, Bajo Cauca, Urabá, Suroeste, Occidente y el Norte antioqueño. Hasta febrero de este año, los equipos de la Misión llegaron a caballo, en carro o a pie a los diferentes territorios de Antioquia para, acompañados por la institucionalidad, propiciar espacios de encuentro, formación y diálogo. 

De forma presencial, las Escuelas estaban dirigidas para personas a partir de los 14 años: líderes y lideresas comunitarias, socios de las Juntas de Acción Comunal, jóvenes, potenciales liderazgos y representantes de comunidades rurales, afros e indígenas. La vocación de los y las estudiantes es, en su mayoría, agrícola y minera.   

Ante las nuevas circunstancias, los equipos regionales de la MAPP/OEA en Apartadó, Caucasia y Medellín encontraron en las emisoras comunitarias a las mejores aliadas para mantener y ampliar los procesos de formación en estos municipios. 

Así nació la estrategia La escuela de líderes se toma la radio. En este nuevo espacio, que ya suma 10 capítulos en los municipios de El Bagre, Dabeiba, Valdivia y San Andrés de Cuerquia, diversas instituciones del orden nacional y territorial han podido profundizar los procesos de capacitación en rutas de acceso, ya no sólo a los liderazgos sino a la comunidad en general. 

Las Escuelas de Líderes han abordado temáticas como el liderazgo y trabajo en equipo, conceptos y estructura del Estado en Colombia, juntas de Acción Comunal, Derechos Humanos, Derecho Internacional Humanitario, derechos de los campesinos colombianos y desarrollo rural, mecanismos de Protección de los Derechos Humanos, mecanismos de Participación Ciudadana, Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición (SIVJRNR), desarrollo Humano, cultura de paz y convivencia, entre otros. 

Entidades como la Jurisdicción Especial para la Paz, la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad, la Oficina del Alto Comisionado para la Paz, la Defensoría del Pueblo, alcaldías locales y las Comisarías de familia han participado en estos espacios radiales, en los que además la comunidad puede enviar sus preguntas y plantear casos particulares que, en varias ocasiones, han sido resueltos por las y los representantes de la institucionalidad. 

Con este esfuerzo, la MAPP/OEA reitera su compromiso de acompañar al Estado colombiano y a las comunidades en sus iniciativas para construir una paz completa, que beneficie a las zonas más vulnerables del país.

Arauca le apuesta a la participación y al liderazgo social

11 agosto, 2020

Con éxito terminó el proceso de capacitación en diálogo, construcción de Paz y transformación de conflictos a más de 40 liderazgos políticos del departamento.

Uno de los mayores impactos de la llegada del Covid-19 a Colombia ha sido la dificultad de las comunidades para reunirse en espacios presenciales de participación. Esto ha dilatado la toma de decisiones que contribuyen a la implementación de políticas de paz en los territorios y ha desafiado el fortalecimiento del tejido organizativo en el país. 

Por eso, desde el inicio de la pandemia, la MAPP/OEA y la Oficina del Alto Comisionado para la Paz hicieron uso de los recursos tecnológicos para seguir fortaleciendo las capacidades del movimiento social de Arauca, una región duramente golpeada por el conflicto y que hoy enfrenta grandes desafíos frente a la construcción de una paz completa y duradera. 

Más de 40 liderazgos sociales y políticos del país asistieron a la capacitación en diálogo, construcción de Paz y transformación de conflictos, dictada por las dos instituciones. Durante más de 2 meses trabajaron en metodologías de transformación de conflictos y escenarios de construcción de Paz colectivos, con posibilidades de replicar en sus comunidades este proceso de fortalecimiento de las capacidades de liderazgo. 

En la ceremonia de clausura, llevada a cabo a través de una plataforma digital, los facilitadores del curso insistieron en la importancia de abordar el conflicto de manera positiva, como un motor del desarrollo social. Además, resaltaron la oportunidad de replicar estos conocimientos adquiridos, en espacios como los Consejos Territoriales de Paz, que son fundamentales para la consolidación de una política pública de Paz. 

Justamente Martín Sandoval, presidente del Consejo Departamental de Paz, Convivencia y Reconciliación del departamento de Arauca, señaló que el curso sirvió para “reforzar conocimientos en el manejo de situaciones de dialogo, conversaciones, consensos con las comunidades. Nos ‘rejuvenecimos’, estas herramientas nos serán muy útiles en el futuro para todas las actividades sociales del departamento como los consejos de paz. Lo importante es continuar en medio de las dificultades, las constantes hechos dolorosos y violaciones a los Derechos Humanos en el marco del conflicto, estos hechos dolorosos hacen necesario seguir aportando desde nuestro rol para lograr el objetivo de la paz completa”.

Vea también: En Arauca, la construcción de Paz avanza en medio de la Pandemia

De igual manera, Gloria Dilva Medina, Consejera de Paz del departamento, señaló que “el proceso de aprendizaje nos permite tener herramientas para poder escuchar a quienes sienten miedo de contar lo que les pasó o lo que les está pasando, esta capacitación debe continuar con procesos donde se involucren jóvenes. Esto nos ayudará a propiciar que las nuevas generaciones de jóvenes trabajen por la construcción de paz. El taller fue maravilloso, pues permite reforzar aprendizajes, el componente que más me llenó fue el de los consensos, pues permite que se involucre gente, hacer un trabajo más amplio, más acertado, más dinámico”. 

Finalmente Diego Moreno, miembro de la Cruz Roja colombiana y asistente al taller, señaló que esta formación sirve para “entender cómo desde nuestro propio rol y cotidianidad podemos construir paz, utilizando el dialogo como herramienta para construir paz. Nos falta trabajar mucho sobre la conciencia del pueblo araucano, hay que transcender”. 

Con este ciclo formativo, la MAPP/OEA fortalece su relacionamiento e incidencia con las organizaciones de la sociedad civil y las autoridades locales de Arauca. Así, seguimos acompañando al Estado colombiano y a las comunidades en sus esfuerzo por construir una Paz Completa. 

José de los Santos Sauna: un defensor de la Sierra

6 agosto, 2020

La MAPP/OEA lamenta el fallecimiento del gobernador del pueblo Kogui, y reafirma su compromiso con las comunidades indígenas de Colombia.

El pueblo indígena Kogui, uno de los cuatro que habitan la emblemática Sierra Nevada de Santa Marta, se quedó este jueves sin uno de sus principales referentes. José de los Santos Sauna luchó durante días contra una afección cardiaca asociada al COVID-19 y finalmente falleció este jueves en una clínica en Santa Marta. 

La vida de José de los Santos, de 44 años, estuvo dedicada a la defensa de su territorio. Consciente del valor simbólico, cultural y medioambiental de la Sierra, impulsó procesos organizativos entre los cuatro pueblos presentes en este lugar (Arhuacos, Kogui, Kankuamos y Wiwas) para impedir el desarrollo de proyectos extractivos en esta región y preservar las tradiciones ancestrales de estas comunidades. 

Quizás uno de los mayores aportes de su liderazgo fue la participación activa en la expedición del Decreto 1500 de 2018, más conocido como el Decreto de Línea Negra, que redefine el territorio ancestral de la Sierra como un “espacio sagrado de ámbito tradicional, de especial protección, valor espiritual, cultural y ambiental”.  

Según este documento, los pueblos interesados deben “tener el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso en la medida en que afecte a sus vidas, instituciones, espiritualidad y las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y a controlar, en la medida de lo posible, su propio desarrollo económico, social y cultural». 

El Cabildo Gobernador del Pueblo Koqui fue amigo de la MAPP/OEA. En el marco de su aporte al fortalecimiento de la Justicia Especial Indígena y la articulación con la Justicia Transicional, de los Santos participó como panelista en diversos encuentros entre autoridades indígenas y funcionarios del Consejo Superior de la Judicatura, la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) y la Defensoría del Pueblo, organizados por la Misión. Y es que él fue un defensor y educador en la cosmovisión y la justicia Kogui, que se centra en la naturaleza.

José de los Santos también fue un activo líder por la sustitución de cultivos ilícitos. De la mano de las instituciones del Estado, participó en proyectos de desarrollo de cultivos alternativos, y dio vida al café Silvestre Kogui, que hoy no sólo es el sustento de decenas de familias en la Sierra, sino que es un producto colombiano de exportación a nivel mundial. 

También participó en la creación de propuestas comunitarias para el desarrollo del PDET de la Sierra Nevada. Su liderazgo lo llevó a fundar, junto con otras autoridades, el Consejo Territorial de Cabildos Indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta, siempre en defensa del corazón del mundo.  

La MAPP/OEA lamenta profundamente el fallecimiento de este emblemático liderazgo indígena, se solidariza con su familia, el pueblo Kogui y las comunidades indígenas de la Sierra Nevada. Asimismo, y reitera su férreo compromiso de seguir acompañando a los pueblos originarios en la construcción de una Paz Completa, en armonía con la naturaleza y los seres humanos. 

Pueblos indígenas, constructores de Paz

En el marco de la Semana Interamericana, la Semana Nacional y el Día Internacional, reconocemos el aporte de las comunidades indígenas en la construcción de Paz y llamamos a proteger a sus autoridades en todo el país. 

Los pueblos indígenas de Colombia viven en medio de dos realidades complejas: por un lado, han dado una lucha histórica por construir una visión de mundo autónoma, basada en el diálogo, la memoria y la relación armónica con la comunidad, la naturaleza y sus recursos. Desde hace siglos, son los guardianes del territorio y los poseedores de una tradición oral ancestral que les permiten resolver conflictos, aprender de los errores y caminar hacia la paz. 

Justamente esta batalla la han ganado en medio de circunstancias difíciles: también durante décadas han resistido a la violencia política, social, cultural y económica por parte de grupos armados e intereses económicos. Con fiereza han defendido su territorio, donde están enterrados sus mayores y donde se enraiza su cosmovisión y cultura. 

Por eso durante Agosto, en el marco de las conmemoraciones nacionales e internacionales de los Pueblos Indígenas, hacemos un homenaje a las más de 115 comunidades que habitan Colombia, y que han contribuido y siguen contribuyendo, de manera decidida, a la construcción de una Paz completa en el país 

Hoy más que nunca se hace indispensable proteger la vida de los grupos étnicos en Colombia. Según el último informe semestral de la MAPP/OEA, estas comunidades siguen sufriendo afectaciones diferenciadas en el marco del conflicto armado, y están en la mira de los grupos armados ilegales. 

Sufren, por ejemplo, la confrontación entre grupos armados en varias regiones del país. En Cauca, Nariño y Chocó, han padecido del reclutamiento forzado por parte de estos actores ilegales, además muchos de sus comuneros y comuneras han sido afectados por la instalación de Minas Antipersonal, desplazamientos forzados y confinamientos recurrentes. 

En varias regiones del país, las autoridades indígenas han sido duramente afectadas. Los miembros de la Guardia Indígena así como dirigentes de los cabildos han sido asesinados y amenazados por grupos ilegales y, de acuerdo con el monitoreo permanente de la Misión en los territorios, hoy se encuentran en riesgo inminente. “La magnitud de estos ataques trasciende la dimensión individual e impactan negativamente el tejido social y las formas locales de organización de las comunidades. Preocupa el marcado escenario de riesgo de las guardias indígenas y autoridades étnico-territoriales en el norte del Cauca”, señala el informe entregado al Consejo Permanente de la OEA en junio de 2020. 

En medio de este desfavorable contexto, los pueblos indígenas colombianos continúan adelante en la lucha por mejorar sus procesos, recuperar saberes y mecanismos ancestrales de justicia, así como hacer visibles sus procesos internos ante las instituciones colombianas. La MAPP/OEA valora, por ejemplo, el avance en la consolidación y proliferación de escenarios de coordinación entre la Jurisdicción Especial Indígena (JEI), el sistema de justicia ordinaria y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). 

Estos avances son pasos firmes para consolidar procesos de reconciliación en las regiones y avanzar hacia una Paz Completa en el país. Los pueblos indígenas de Colombia han sido particularmente afectados por el conflicto, y su relato constituye un elemento indispensable en la superación de esa violencia armada. 

Los pueblos indígenas de Colombia son constructores de Paz. 

Aramis Arenas, una vida de liderazgo

21 mayo, 2020

Luego de décadas de lucha por los Derechos Humanos y el territorio, el líder social Aramis Arenas fue asesinado el 19 de mayo en Becerril, Cesar. La MAPP/OEA condena este grave hecho. Perfil.

Aramis Arenas Bayona era reconocido en todo el oriente del Cesar. Las y los habitantes de esta zona de Colombia, que durante más de 10 años sufrió en carne propia las multiples tragedias del conflicto armado, veían en él una esperanza de Paz y de futuro de su región.

Víctima de desplazamiento y tortura por parte de grupos armados ilegales, nunca cesó en su empeño de luchar porque la Paz llegara al territorio. Quienes lo conocieron lo definen como una persona comprometida, lúcida e íntegra, y aseguran que su muerte ha sido un golpe duro para la región.

Su vida de liderazgo lo llevó a vincularse a la organización comunal, a emprender la defensa de los Derechos Humanos y de la Paz en esta zona del oriente del Cesar. Además, fue candidato al consejo municipal de Becerril y adelantaba, hasta el momento de su muerte, un proyecto turístico de desarrollo sostenible y mejora de las condiciones de su comunidad.

Nadie vio nada, pero el 19 de mayo Amaris apareció muerto en su finca con un disparo en la cabeza. Aunque era el presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda, ese día se encontraba solo, por lo que no hay indicios de los responsables de su muerte.

La MAPP/OEA condena enérgicamente este grave hecho, que se convierte en un capítulo más de una cadena de afectaciones contra liderazgos sociales, comunales, campesinos, indígenas, afrodescendientes y defensoras y defensores de Derechos Humanos en el país.

A los grupos armados ilegales, les exige cesar todas las acciones violentas contra la población civil, víctima de un conflicto que se ensaña con las comunidades y territorios más vulnerables de Colombia.

La Misión exhorta también a las autoridades a emprender una investigación exhaustiva que permita dar con los responsables de este grave hecho, así como reforzar las medidas de protección a los liderazgos sociales en el país.

El equipo de la MAPP/OEA se solidariza con el dolor de la familia y de las personas que tuvieron la oportunidad de compartir el liderazgo, el compromiso y la sabiduría de Aramis Arenas Bayona.

El liderazgo social después de la violencia

22 abril, 2020

Tres mujeres de una misma familia fueron víctima de violencia sexual, en medio del conflicto armado en el Sur de Bolívar. Hoy las tres, de generaciones distintas, son activistas y defensoras de derechos humanos.

“Nosotros fuimos el botín de guerra de ellos”, dice Jennis Calderón. Respira, guarda silencio. Recuerda que durante meses, por las calles de su pueblo, se pasearon los grupos paramilitares del Bloque Central Bolívar con sus motos ruidosas, sus fusiles desafiantes y sus listas mal escritas. Interrumpe la entrevista para ojear de nuevo las calles empolvadas de San Blas, un corregimiento que se convirtió a finales de los años 90 en el enclave criminal de esa estructura de las Autodefensas Unidas de Colombia.

Según relata, las AUC se adueñaron de todos los territorios del Sur de Bolívar: los lugares, que convirtieron en casa de pique, emisoras, salones de reunión y centros de tortura. Pero también se apoderaron de los cuerpos de las mujeres, territorios de lucha y resistencia pues ellas también han parido la resiliencia.

Las y los pobladores de San Blas intenta recuperarse después de vivir la violencia en su pueblo.

El cuerpo de Jennis también fue arrebatado. Prefiere no hablar de eso. Mira para otro lado, le habla  a sus dos pequeños hijos y saluda a los vecinos. Le duele recordar el episodio, pero quizás le atormenta más escuchar en su cabeza las voces de la gente del pueblo, que la increpaban diciéndole que “por algo le había sucedido”. Paradójicamente, frases como esa se convirtieron a la vez en una especie de karma que provocó el germen del liderazgo social.

Es que Jennis es hija y nieta de la resistencia. Su abuela, Julia Calderón, fue la fundadora de San Blas; su madre, Luz Dary, se convirtió en la representante legal de la primera organización de víctimas de esta región, donde el conflicto llegó a través del río y dejó a su paso miles de familias desplazadas, niñas y niños huérfanos y cientos de mujeres viudas.

Jennis siguió sus pasos. Luz Dary, su madre, víctima también de violencia sexual y una especie de consejera espiritual del pueblo, la llevó a las primeras reuniones que convocaba el programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Allí conoció a otras víctimas, a otras defensoras y otras causas. Desde entonces se prometió que dedicaría su vida a que ninguna otra mujer sufriera lo que ella tuvo que vivir.

La oficina regional de la MAPP/OEA acompaña el proceso de Construcción de Paz de las mujeres de San Blas.

Hace diez años ingresó a la Mesa Municipal de Víctimas, luego hizo parte de la Mesa Departamental y hoy es una de las voces más importantes en la defensa de los derechos de las mujeres en el Sur de Bolívar. Además, desde hace 4 años creó la primera organización de mujeres víctimas de la violencia.

“He logrado que muchas mujeres despierten y que se eviten muchos feminicidios. Ha sido duro, pero lo he logrado. He logrado que muchas mujeres declaren sus hechos victimizantes como el de la violencia sexual, que es un crimen de lesa humanidad”, dice orgullosa. Se levanta de una silla blanca que ubicamos afuera de su casa para la entrevista. Se quita el micrófono. Tiene afán, una veintena de mujeres la esperan en el parque central de San Blas.

Dictará junto a la oficina regional de la MAPP/OEA un taller participativo sobre género. Gracias a la labor de Jennis, decenas de mujeres de San Blas empiezan a pensar que merecen las mismas oportunidades y derechos que los hombres, se preguntan sobre la maternidad desde la igualdad y la empatía, y comienzan a educar a sus hijas y a sus hijos en el cuidado y la responsabilidad.

Una niña montada en una moto grande pasa por delante nuestro y deja el aire lleno de humo. Las calles polvorientas de San Blas son la huella de un pueblo que no ha logrado recuperarse aún de ese capítulo siniestro que le tocó vivir. Esa niña es Yuly Ximena Calderón, tiene 18 años, es la hija de Jennis y la guerra también le atravesó el cuerpo.

Luz Dary, Jennis y Yuly se han convertido en las referentes de su pueblo.

“Emmm… a ver… cómo le digo. Yo sufrí de violencia sexual”, dice Yuly. También hace silencio y su expresión es tan parecida a la de su mamá que se hacen inconfundibles. Un excombatiente llegó a San Blas hace un par de años y abusó de Yuly. Producto de esa violación, hoy es mamá de una niña de dos años, que empieza a caminar y ya tiene la marca del conflicto en sus hombros. “Una niña criando a otra niña”, sentencia.

Así como Luz Dary llevó a Jennis a las reuniones de líderes y lideresas para empaparla del mundo del activismo, ella ha hecho lo mismo con Yuly. Montada en esa moto negra, recién comprada, llega a los encuentros de la Junta de Acción Comunal de San Blas y hace parte de las reuniones de jóvenes de Simití. Se ha convertido, como su madre, su abuela y su bisabuela, en una defensora de la comunidad.

Las mujeres de San Blas comienzan a pensar que ellas tienen las mismas oportunidades y derechos que los hombres.

San Blas le debe a la familia Calderón, a su tenacidad y liderazgo, que el ejército haya reconstruido el parque central del pueblo, en el que ahora unos columpios de madera pintados con la bandera de Colombia conviven con niñas y niños, gallinas, micos, perros, vacas y gatos. Además, decenas de familias recibieron una carta-cheque como vía de reparación administrativa.

Luz Dary, Jennis y Yuly se convirtieron en tres caras del liderazgo social en el sur de Bolívar. Hoy rara vez las recuerdan como las víctimas de los paramilitares, más bien las saludan en las calles preguntándoles cuándo será la próxima junta, el próximo partido de fútbol, el siguiente taller o la siguiente reunión.

Marco Rivadeneira, un defensor de la vida y la tierra

20 marzo, 2020

La Misión reitera su llamado a las autoridades para adelantar una investigación exhaustiva, que permita dar con los responsables de esta grave y lamentable afectación.

Desde que la MAPP/OEA abrió su oficina en Puerto Asís, hace más de 10 años, conoció de cerca a Marco y su historia. En ese entonces ya era un líder consumado, vocero departamental del Proceso Nacional de Garantías, delegado de una plataforma de Derechos Humanos y vocero nacional del Coordinador Nacional Agrario, una asociación que agrupa a miles de familias campesinas de la región, entre otras organizaciones.

Para quienes habitaban el corredor Puerto Vega – Teteyé, punto estratégico del Putumayo, Marco encarnaba el alma de su lucha. Siempre le apostó al diálogo y a la transformación productiva de los territorios afectados por la presencia de grupos armados ilegales y cultivos ilícitos.

Marco Rivadaneira particpó en varias jornadas de capacitación con la MAPP/OEA en el departamento.

Primero, al lado de las miles de familias cocaleras, acompañó las movilizaciones contra la erradicación forzada a mediados de los 2000. Luego, en tiempos del Acuerdo de Paz, contribuyó al diálogo entre su comunidad y la institucionalidad para transformar de forma pacífica y concertada el territorio.

Este espacio gestionado por Rivadeneira le permitió al gobierno conocer de primera mano las necesidades de más de siete veredas de Puerto Asís, que históricamente encontraron en el cultivo de hoja de coca la única salida a la difícil situación económica.

En medio de esta apuesta pacífica, a Marco Rivadeneira lo encontró la violencia. La MAPP/OEA reitera su condena y rechazo al asesinato, que no solo atenta contra la vida del querido líder, sino contra el tejido de una comunidad que le apuesta a la construcción de paz. También reitera su llamado a las autoridades para adelantar una investigación oportuna y exhaustiva, que permita dar con los responsables de esta grave y lamentable crimen..

Asimismo, extiende su profunda solidaridad a la familia, amigos y comunidad de Marco, y a quienes, como la Misión, tuvimos el inmenso privilegio de conocerlo.

Acción Comunal de Tumaco entrega propuestas para Plan de Desarrollo

19 marzo, 2020

La MAPP/OEA fue la única organización que acompañó la entrega de las propuestas. Se trata de la consolidación de dos años de un proceso organizativo territorial.

Tumaco es una de las zonas del país que representa los grandes retos que tiene Colombia para avanzar hacia el posconflicto. Presencia de cultivos de uso ilícito, de grupos armados organizados, falta de llegada de las instituciones del estado y un tejido social fracturado hacen que en este lugar se viva con fuerza el conflicto armado interno.

En medio de esta difícil situación, la sociedad civil ha resistido al abandono y a la violencia para encaminar acciones conjuntas que permitan mejorar la vida de las y los habitantes de esta zona del país. Tal es el caso de AsoJuntas, una organización con más de 50 años de experiencia en el país y que agrupa a la mayoría de liderazgos sociales de Colombia.

La Acción Comunal en Tumaco ha permitido resistir a la violencia y restablecer el tejido social. Fotos: Francisco Barreto

En Tumaco, y desde hace dos años, han trabajado de la mano de varias organizaciones no gubernamentales y de la MAPP/OEA para fortalecer sus estructuras, presentar proyectos productivos, mejorar sus conocimientos en temas legales nacionales e internacionales y sus herramientas para la incidencia en temas políticos y de Derechos Humanos.

Producto de este proceso, el pasado 16 de marzo AsoJuntas le entregó a las autoridades locales una serie de propuestas para incluir en el Plan de Desarrollo del municipio para el año 2020.  Propusieron, por ejemplo, fortalecer las casas locales de Justicia en todos sus temas, con énfasis en la labor de las y los conciliadores en equidad.

También le propusieron al gobierno local reactivar la biblioteca que quedaba en la Casa de la Cultura de Tumaco, así como implementar una red de bibliotecas móviles en el municipio. Finalmente, en temas de salud propusieron implementar la política de instituciones amigas de la mujer y la infancia (IAMI) y la estrategia de atención integral a las enfermedades prevalentes de la infancia.

Varias instituciones acompañaron la confección de las propuestas para el Plan de Desarrollo municipal 2020. Fotos: Francisco Barreto

La entrega de propuestas se hizo luego de socializar las ideas con varias organizaciones internacionales, incluidas Save the Children, Alianza por la Solidaridad, Misión de la ONU en Colombia, Consejo Noruego para los Refugiados y Médicos del Mundo. Sin embargo, la MAPP/OEA fue la única organización que acompañó la entrega de esta matriz al gobierno local.

Sin embargo, este proceso ha tenido decenas de obstáculos: la violencia también ha empañado esta articulación y el 17 de marzo del año pasado, hace algo más de un año, cobró la vida del líder social Argemiro López. López era un reconocido líder del Programa Nacional Integral de Sustitución de cultivos ilícitos (Pnis) y en el ataque resultaron heridas su esposa y su mamá.

En medio de la violencia, AsoJuntas sigue adelante en su procesos de fortalecimiento y capacitación. Fotos: Francisco Barreto

Por eso las comunidades de Tumaco piden que el gobierno local integre sus propuestas al Plan de Desarrollo y que más organizaciones e instituciones públicas se sumen a la articulación para fortalecer la acción comunal en su territorio.

“El diálogo es el medio para construir paz”: Consejo de Paz de Cesar

18 marzo, 2020

Miembros de esta organización asistieron al taller Construcción de paz, diálogo y resolución de conflictos que impartió la MAPP/OEA, en el marco del trabajo conjunto con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y la gobernación del departamento.

El Consejo Nacional de Paz nació hace más de 20 años como un mecanismo de la sociedad civil para impulsar, apoyar y monitorear las políticas de paz del gobierno colombiano. Desde entonces, y particularmente luego la firma de los Acuerdos de Paz con las antiguas Farc, este mecanismo ha cobrado especial importanica en los lugares más azotados por el conflicto armado y la inequidad en el país.

El departamento del Cesar es uno de ellos. Desde el año pasado funciona el Consejo departamental de Paz, Reconciliación y Convivencia, conformado por miembros de diferentes sectores de la sociedad civil que vienen trabajando en evaluar la implementación de los Acuerdos y en monitorear las políticas de convivencia, diálogo, reconciliación y no repetición.

Como parte de este proceso de consolidación de los Consejos de Paz, la MAPP/OEA realizó un taller de fortalecimiento de capacidades para el diálogo con estas consejeras y consejeros en Valledupar. Durante dos días, funcionarios de la Misión compartieron contenido teórico y experiencias prácticas con las y los participantes. ¿Qué es un conflicto? ¿cómo se deriva una conflictividad social en una crisis? ¿qué hacer para prevenirlo? Fueron algunas de las preguntas que surgieron durante la actividad.

Imágenes del taller impartido por la MAPP/OEA a Consejeras y Consejeros de Paz en Cesar.

“En sociedades afectadas por el conflicto armado y la violencia, el diálogo es el valor, el objetivo y la metodología que puede ayudar a abordar situaciones difíciles, generar participación responsable y tomar decisiones que permitan acuerdos sostenibles”, señaló Herbert Ortega, coordinador del área de Fortalecimiento de Capacidades de la MAPP/OEA.

Al taller asistieron líderes campesinos, representantes de los pueblos indígenas, de las organizaciones de mujeres, de los sindicatos y otros sectores que integran el Consejo Departamental de Paz del Cesar. Además de ellos, estuvieron presentes las y los funcionarios de la Oficina de Paz de la Gobernación, quienes tienen el reto de seguir impulsando las políticas de implementación de los Acuerdos durante los próximos cuatro años.

Imágenes del taller impartido por la MAPP/OEA a Consejeras y Consejeros de Paz en Cesar.

Las y los asistentes valoraron la experiencia, pues consideran que mezcló contenidos teóricos con ejercicios prácticos que permitieron aterrizar las definiciones en casos específicos. “Estos espacios son importantes porque estos Consejos van a ayudar a que nuestro departamento sea un lugar de Paz”, señaló al término del taller Juana Pacheco, asesora de la Oficina de Paz del Cesar.

El reto a partir de ahora es replicar estas capacidades en los Consejo Municipales de Paz, y seguir fortaleciendo la red de constructoras y constructores de reconciliación en el departamento.

Mujeres del Valle del Cauca fortalecen sus capacidades en enfoque de Género para la Paz

8 enero, 2020

Mujeres de Cali, Buenaventura, Florida y Pradera asistieron a talleres de formación en los que conocieron, de primera mano, avances y restos de la implementación de los Acuerdos de Paz.

El enfoque de género fue una de las mayores victorias de las organizaciones de mujeres en los Acuerdos de Paz celebrados entre el gobierno colombiano y la extinta guerrilla de las Farc. Gracias a la lucha de decenas de organizaciones, ese texto reconoce que las mujeres sufrieron afectaciones diferentes a los hombres en el marco del conflicto armado interno y que, por tanto, deben ser reparadas de manera específica.

Tres años después de la firma de esos Acuerdos, la MAPP/OEA acompañó a la Instancia Especial de Mujeres para el Enfoque de Género en la Paz en cuatro eventos realizados en el Valle del Cauca, donde más de 200 lideresas sociales y víctimas de la violencia recibieron de parte del instituto Kroc un informe sobre los avances en la implementación de los Acuerdos de Paz.

Uno a uno, el instituto Kroc y las mujeres asistentes analizaron los puntos de la agenda negociada en La Habana, para entender los alcances de cada acuerdo y el estado de la implementación. Allí descubrieron, por ejemplo, que en el tema de género se ha avanzado en la creación de los marcos, normas, protocolos y la reinstalación de la propia Instancia Especial; pero ha habido muy escasos avances en cuanto a la implementación en territorio de las medidas especiales y transversales de género en cada uno de los 6 puntos del acuerdo. 

Las mujeres plantearon varias preocupaciones respecto a la implementación de los Acuerdos: le pidieron al instituto Kroc a profundizar la mirada territorial de los avances y retos de este proceso, puesto que no se sienten representadas en los informes. Además, se mostraron más interesadas en revisar análisis cuantitativos de la implementación del Acuerdo, más que en observar los porcentajes cuantitativos.

Tras discutir los temas en grupos de trabajo, las mujeres de los cuatro municipios coincidieron en reconocer el bajo conocimiento que tienen frente a las acciones de implementación del Acuerdo de Paz y su poca participación en las entidades del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y Garantías de No Repetición.

Sin embargo, las lideresas sociales reconocieron el trabajo de la MAPP-OEA y de otros organismos internacionales para vincular el tema de género a las agendas locales y por trabajar con las mujeres de comunidades étnicas.

Finalmente, más allá de los avances y restos en implementar los puntos de la agenda negociada, las mujeres del Valle del Cauca claman por la no repetición. Muchas de ellas denuncian la presencia de grupos armados ilegales en la región, así como afectaciones a la vida de sus comunidades. Para ellas, sin garantizar la vida es imposible avanzar hacia la paz duradera.