El liderazgo social después de la violencia

22 abril, 2020

Tres mujeres de una misma familia fueron víctima de violencia sexual, en medio del conflicto armado en el Sur de Bolívar. Hoy las tres, de generaciones distintas, son activistas y defensoras de derechos humanos.

“Nosotros fuimos el botín de guerra de ellos”, dice Jennis Calderón. Respira, guarda silencio. Recuerda que durante meses, por las calles de su pueblo, se pasearon los grupos paramilitares del Bloque Central Bolívar con sus motos ruidosas, sus fusiles desafiantes y sus listas mal escritas. Interrumpe la entrevista para ojear de nuevo las calles empolvadas de San Blas, un corregimiento que se convirtió a finales de los años 90 en el enclave criminal de esa estructura de las Autodefensas Unidas de Colombia.

Según relata, las AUC se adueñaron de todos los territorios del Sur de Bolívar: los lugares, que convirtieron en casa de pique, emisoras, salones de reunión y centros de tortura. Pero también se apoderaron de los cuerpos de las mujeres, territorios de lucha y resistencia pues ellas también han parido la resiliencia.

Las y los pobladores de San Blas intenta recuperarse después de vivir la violencia en su pueblo.

El cuerpo de Jennis también fue arrebatado. Prefiere no hablar de eso. Mira para otro lado, le habla  a sus dos pequeños hijos y saluda a los vecinos. Le duele recordar el episodio, pero quizás le atormenta más escuchar en su cabeza las voces de la gente del pueblo, que la increpaban diciéndole que “por algo le había sucedido”. Paradójicamente, frases como esa se convirtieron a la vez en una especie de karma que provocó el germen del liderazgo social.

Es que Jennis es hija y nieta de la resistencia. Su abuela, Julia Calderón, fue la fundadora de San Blas; su madre, Luz Dary, se convirtió en la representante legal de la primera organización de víctimas de esta región, donde el conflicto llegó a través del río y dejó a su paso miles de familias desplazadas, niñas y niños huérfanos y cientos de mujeres viudas.

Jennis siguió sus pasos. Luz Dary, su madre, víctima también de violencia sexual y una especie de consejera espiritual del pueblo, la llevó a las primeras reuniones que convocaba el programa de Desarrollo y Paz del Magdalena Medio. Allí conoció a otras víctimas, a otras defensoras y otras causas. Desde entonces se prometió que dedicaría su vida a que ninguna otra mujer sufriera lo que ella tuvo que vivir.

La oficina regional de la MAPP/OEA acompaña el proceso de Construcción de Paz de las mujeres de San Blas.

Hace diez años ingresó a la Mesa Municipal de Víctimas, luego hizo parte de la Mesa Departamental y hoy es una de las voces más importantes en la defensa de los derechos de las mujeres en el Sur de Bolívar. Además, desde hace 4 años creó la primera organización de mujeres víctimas de la violencia.

“He logrado que muchas mujeres despierten y que se eviten muchos feminicidios. Ha sido duro, pero lo he logrado. He logrado que muchas mujeres declaren sus hechos victimizantes como el de la violencia sexual, que es un crimen de lesa humanidad”, dice orgullosa. Se levanta de una silla blanca que ubicamos afuera de su casa para la entrevista. Se quita el micrófono. Tiene afán, una veintena de mujeres la esperan en el parque central de San Blas.

Dictará junto a la oficina regional de la MAPP/OEA un taller participativo sobre género. Gracias a la labor de Jennis, decenas de mujeres de San Blas empiezan a pensar que merecen las mismas oportunidades y derechos que los hombres, se preguntan sobre la maternidad desde la igualdad y la empatía, y comienzan a educar a sus hijas y a sus hijos en el cuidado y la responsabilidad.

Una niña montada en una moto grande pasa por delante nuestro y deja el aire lleno de humo. Las calles polvorientas de San Blas son la huella de un pueblo que no ha logrado recuperarse aún de ese capítulo siniestro que le tocó vivir. Esa niña es Yuly Ximena Calderón, tiene 18 años, es la hija de Jennis y la guerra también le atravesó el cuerpo.

Luz Dary, Jennis y Yuly se han convertido en las referentes de su pueblo.

“Emmm… a ver… cómo le digo. Yo sufrí de violencia sexual”, dice Yuly. También hace silencio y su expresión es tan parecida a la de su mamá que se hacen inconfundibles. Un excombatiente llegó a San Blas hace un par de años y abusó de Yuly. Producto de esa violación, hoy es mamá de una niña de dos años, que empieza a caminar y ya tiene la marca del conflicto en sus hombros. “Una niña criando a otra niña”, sentencia.

Así como Luz Dary llevó a Jennis a las reuniones de líderes y lideresas para empaparla del mundo del activismo, ella ha hecho lo mismo con Yuly. Montada en esa moto negra, recién comprada, llega a los encuentros de la Junta de Acción Comunal de San Blas y hace parte de las reuniones de jóvenes de Simití. Se ha convertido, como su madre, su abuela y su bisabuela, en una defensora de la comunidad.

Las mujeres de San Blas comienzan a pensar que ellas tienen las mismas oportunidades y derechos que los hombres.

San Blas le debe a la familia Calderón, a su tenacidad y liderazgo, que el ejército haya reconstruido el parque central del pueblo, en el que ahora unos columpios de madera pintados con la bandera de Colombia conviven con niñas y niños, gallinas, micos, perros, vacas y gatos. Además, decenas de familias recibieron una carta-cheque como vía de reparación administrativa.

Luz Dary, Jennis y Yuly se convirtieron en tres caras del liderazgo social en el sur de Bolívar. Hoy rara vez las recuerdan como las víctimas de los paramilitares, más bien las saludan en las calles preguntándoles cuándo será la próxima junta, el próximo partido de fútbol, el siguiente taller o la siguiente reunión.

MAPP/OEA condena situación de violencia y llama a la Paz en Colombia

28 marzo, 2020

En estas horas difíciles, reiteramos la exigencia a los grupos armados ilegales a cesar todo tipo de afectación contra la población civil, la infraestructura y el ambiente.

Bogotá, marzo 29 de 2020. La Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos (MAPP/OEA) condena los graves hechos de violencia que se han registrado en los últimos días contra liderazgos sociales y de derechos humanos, así como las persistentes afectaciones a varias comunidades del país a causa del conflicto armado y la criminalidad, en medio de los enormes desafíos y amenazas que supone el COVID-19.

La MAPP/OEA reitera su repudio por el asesinato de Carlota Salinas, en el sur de Bolívar; Marco Rivadeneira, en el Putumayo; Ángel Ovidio Quintero, en Antioquia; y Omar Guasiruma y Ernesto Guasiruma, del pueblo indígena Embera en el Valle del Cauca, así como de tres personas en proceso de reincorporación en zona rural de La Macarena, Meta, e insta a las autoridades a avanzar en las investigaciones pertinentes.

La Misión de la OEA ha constatado con preocupación la continuidad de afectaciones por parte de grupos armados ilegales, como amenazas, confinamientos y desplazamientos forzados de comunidades en el Alto Baudó (Chocó), Roberto Payán (Nariño), Argelia y El Tambo (Cauca), y de hostigamientos a estaciones de policía en el Norte del Cauca que ponen en alto riesgo a la población civil. Asimismo, la Misión advierte sobre el incremento de tensión social en el marco de las erradicaciones forzadas de cultivos ilícitos en regiones como Caquetá, Putumayo y el Catatumbo, donde se registró una lamentable muerte.

La MAPP/OEA hace un llamado al Estado colombiano a multiplicar las medidas de prevención y protección del liderazgo social y de la población civil que habita zonas fuertemente impactadas por la violencia y la inequidad, reconociendo su preocupación y las diversas iniciativas implementadas hasta la fecha.

La Misión destaca los esfuerzos que están adelantando las autoridades nacionales, regionales y locales para prevenir y contrarrestar los efectos del COVID-19, y los alienta a disponer los recursos y las acciones necesarias para atender a las poblaciones que, en las actuales circunstancias, son vulnerables tanto al virus como a los efectos de las violencias y la desigualdad.

En estas horas difíciles, la MAPP/OEA reitera la exigencia a los grupos armados ilegales a cesar todo tipo de afectación contra la población civil, la infraestructura y el ambiente, así como a respetar la integridad del personal médico, sanitario y humanitario, público y privado, que trabaja incansablemente para afrontar la emergencia sanitaria. Este es un clamor de la sociedad colombiana y de la comunidad internacional.

Finalmente, la MAPP/OEA convoca a la sociedad colombiana en su conjunto a priorizar la convivencia pacífica, el bien colectivo, la solidaridad y el respeto de los derechos fundamentales. En este difícil escenario, en el que se reafirma la urgente necesidad de la paz completa, la Misión reitera su compromiso de seguir apoyando, bajo las actuales medidas de contingencia, a las comunidades e instituciones de Colombia.

Marco Rivadeneira, un defensor de la vida y la tierra

20 marzo, 2020

La Misión reitera su llamado a las autoridades para adelantar una investigación exhaustiva, que permita dar con los responsables de esta grave y lamentable afectación.

Desde que la MAPP/OEA abrió su oficina en Puerto Asís, hace más de 10 años, conoció de cerca a Marco y su historia. En ese entonces ya era un líder consumado, vocero departamental del Proceso Nacional de Garantías, delegado de una plataforma de Derechos Humanos y vocero nacional del Coordinador Nacional Agrario, una asociación que agrupa a miles de familias campesinas de la región, entre otras organizaciones.

Para quienes habitaban el corredor Puerto Vega – Teteyé, punto estratégico del Putumayo, Marco encarnaba el alma de su lucha. Siempre le apostó al diálogo y a la transformación productiva de los territorios afectados por la presencia de grupos armados ilegales y cultivos ilícitos.

Marco Rivadaneira particpó en varias jornadas de capacitación con la MAPP/OEA en el departamento.

Primero, al lado de las miles de familias cocaleras, acompañó las movilizaciones contra la erradicación forzada a mediados de los 2000. Luego, en tiempos del Acuerdo de Paz, contribuyó al diálogo entre su comunidad y la institucionalidad para transformar de forma pacífica y concertada el territorio.

Este espacio gestionado por Rivadeneira le permitió al gobierno conocer de primera mano las necesidades de más de siete veredas de Puerto Asís, que históricamente encontraron en el cultivo de hoja de coca la única salida a la difícil situación económica.

En medio de esta apuesta pacífica, a Marco Rivadeneira lo encontró la violencia. La MAPP/OEA reitera su condena y rechazo al asesinato, que no solo atenta contra la vida del querido líder, sino contra el tejido de una comunidad que le apuesta a la construcción de paz. También reitera su llamado a las autoridades para adelantar una investigación oportuna y exhaustiva, que permita dar con los responsables de esta grave y lamentable crimen..

Asimismo, extiende su profunda solidaridad a la familia, amigos y comunidad de Marco, y a quienes, como la Misión, tuvimos el inmenso privilegio de conocerlo.

“El diálogo es el medio para construir paz”: Consejo de Paz de Cesar

18 marzo, 2020

Miembros de esta organización asistieron al taller Construcción de paz, diálogo y resolución de conflictos que impartió la MAPP/OEA, en el marco del trabajo conjunto con la Oficina del Alto Comisionado para la Paz y la gobernación del departamento.

El Consejo Nacional de Paz nació hace más de 20 años como un mecanismo de la sociedad civil para impulsar, apoyar y monitorear las políticas de paz del gobierno colombiano. Desde entonces, y particularmente luego la firma de los Acuerdos de Paz con las antiguas Farc, este mecanismo ha cobrado especial importanica en los lugares más azotados por el conflicto armado y la inequidad en el país.

El departamento del Cesar es uno de ellos. Desde el año pasado funciona el Consejo departamental de Paz, Reconciliación y Convivencia, conformado por miembros de diferentes sectores de la sociedad civil que vienen trabajando en evaluar la implementación de los Acuerdos y en monitorear las políticas de convivencia, diálogo, reconciliación y no repetición.

Como parte de este proceso de consolidación de los Consejos de Paz, la MAPP/OEA realizó un taller de fortalecimiento de capacidades para el diálogo con estas consejeras y consejeros en Valledupar. Durante dos días, funcionarios de la Misión compartieron contenido teórico y experiencias prácticas con las y los participantes. ¿Qué es un conflicto? ¿cómo se deriva una conflictividad social en una crisis? ¿qué hacer para prevenirlo? Fueron algunas de las preguntas que surgieron durante la actividad.

Imágenes del taller impartido por la MAPP/OEA a Consejeras y Consejeros de Paz en Cesar.

“En sociedades afectadas por el conflicto armado y la violencia, el diálogo es el valor, el objetivo y la metodología que puede ayudar a abordar situaciones difíciles, generar participación responsable y tomar decisiones que permitan acuerdos sostenibles”, señaló Herbert Ortega, coordinador del área de Fortalecimiento de Capacidades de la MAPP/OEA.

Al taller asistieron líderes campesinos, representantes de los pueblos indígenas, de las organizaciones de mujeres, de los sindicatos y otros sectores que integran el Consejo Departamental de Paz del Cesar. Además de ellos, estuvieron presentes las y los funcionarios de la Oficina de Paz de la Gobernación, quienes tienen el reto de seguir impulsando las políticas de implementación de los Acuerdos durante los próximos cuatro años.

Imágenes del taller impartido por la MAPP/OEA a Consejeras y Consejeros de Paz en Cesar.

Las y los asistentes valoraron la experiencia, pues consideran que mezcló contenidos teóricos con ejercicios prácticos que permitieron aterrizar las definiciones en casos específicos. “Estos espacios son importantes porque estos Consejos van a ayudar a que nuestro departamento sea un lugar de Paz”, señaló al término del taller Juana Pacheco, asesora de la Oficina de Paz del Cesar.

El reto a partir de ahora es replicar estas capacidades en los Consejo Municipales de Paz, y seguir fortaleciendo la red de constructoras y constructores de reconciliación en el departamento.

Lucha contra la impunidad, uno de los retos para proteger los liderazgos sociales

11 diciembre, 2019

En el Día Internacional de los Derechos Humanos, la Misión acompañó varios eventos regionales en los que reiteró su reconocimiento a la labor de las defensoras y defensores de Derechos Humanos en los territorios.

Desde el año 2009, la MAPP/OEA comenzó a monitorear y a alertar sobre una realidad que, lamentablemente, hoy se mantiene: miles de defensoras y defensores de Derechos Humanos en Colombia son amenazados, desplazados y asesinados en los territorios debido a su rol de liderazgo.

La Misión ha acompañado de cerca los esfuerzos de comunidades e instituciones, a través de iniciativas,acciones y mecanismos, para proteger a los liderazgos sociales.

En el Día Internacional de los Derechos Humanos, el Jefe de Misión Roberto Menéndez participó en la Presentación marco de política pública de protección integral y garantías para líderes sociales, comunales, periodistas y defensores de DD.HH., un evento organizado por el Ministerio del Interior. Allí destacó que los desafíos que existen para articular la política pública con las realidades de los territorios.

Señaló que algunos retos radican en “interpretar las particularidades de los diversos liderazgos y las dinámicas de las zonas”, coordinar instancias existentes, e involucrar de forma activa a las poblaciones afectadas, a las autoridades etnico-territoriales y a las instituciones locales.

El Jefe de la Misión en Colombia resaltó la importancia de conocer la naturaleza de los liderazgos en los territorios.

El Secretario General de la OEA, Luis Almagro, quien también estuvo presente en el evento, insistió en la importancia de implementar “mecanismos de prevención, protección y no repetición en los territorios, ante las complejas condiciones a las que se enfrentan las lideresas, líderes y defensores de derechos humanos”, y enfatizó en “la lucha contra la impunidad, así como la oportuna y adecuada administración de justicia, juega un rol fundamental frente a las problemáticas”.

El Secretario General de la OEA instó al Estado colombiano a luchar contra la impunidad en los crímenes contra defensoras y defensores de DDHH en Colombia.

De igual manera, el área de Justicia de la MAPP/OEA participó del foro organizado por la revista Semana “Defender a los Defensores”. Allí recomendó sobre la necesidad de romper los paradigmas de investigación en la lucha contra la impunidad; es decir, enfocarse en el análisis y construcción de contextos y en la lucha por el desmantelamiento de estructuras criminales, más que en las capturas individuales de posibles victimarios.

“Desmantelar estructuras y no buscar capturas individuales”, fue uno de los mensajes del área de Justicia de la MAPP/OEA en Cartagena.

Además, la Misión señaló la importancia de arropar los liderazgos medioambientales e identificar defensores y defensoras que se vinculan al Sistema Integral de Verdad, Justicia y Reparación a través de la presentación de informes ente la Jurisdicción Especial para la Paz y la Comisión de Esclarecimiento de la Verdad.

San Andrés de Cuerquita, en Antioquia, también conmemoró el Día Internacional de los Derechos Humanos.

A nivel regional, la Misión acompañó diferentes eventos de conmemoración en Cali, Putumayo, Caucasia, Pasto, Antioquia y Popayán. Con esto, la MAPP/OEA reafirma su compromiso con la defensa de los Derechos Humanos en Colombia y sigue acompañando a las víctimas de la violencia al acceso a la verdad, la justicia y la reparación.

MAPP/OEA sigue acompañando fortalecimiento de la Justicia Wayuú

7 noviembre, 2019

La Junta de Palabreros, máxima autoridad de esta etnia, continúa el proceso de coordinación con la justicia ordinaria en medio de grandes retos para su comunidad.

Durante siglos, la etnia Wayuú –con más de 280 mil personas en Colombia y 415 mil en Venezuela– ha luchado por conservar la autodeterminación jurídica y administrativa de su pueblo. Han constituido un mecanismo de resolución de conflictos que hoy es considerado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad y son un ejemplo de organización social en el país.

Sin embargo, no han sido pocas las veces en las que su sistema de justicia entra en contradicción con la jurisdicción ordinaria colombiana. “Varias personas han sido juzgadas dos veces por el mismo delito”, comentó Guillermo Ojeda, Coordinador General de la Junta Mayor de Palabreros durante una reunión con la MAPP/OEA en Maicao, Guajira.

Es por eso que la Misión ha enfocado sus esfuerzos en tender puentes entre las autoridades Wayuú y los operadores de justicia del Estado. Como parte del Plan de Salvaguarda de esta etnia, sus autoridades ya hacen parte de una Mesa Departamental de Coordinación Interjurisdiccional, en la que junto a miembros de la Fiscalía General de la Nación intentan resolver casos problemáticos y “sentar jurisprudencia” conjunta, como afirmó Ojeda.

La Junta Mayor de Palabreros sigue fortaleciendo su articulación con la justicia ordinaria.

Esta iniciativa tiene, sin embargo, varios retos: “El mayor problema que tenemos para mantener activa la mesa es el desconocimiento de los operadores de justicia de la lógica y los preceptos culturales de nuestra etnia”, señala Ojeda. Los Wayuú, por ejemplo, no basan su sistema de justicia en penas intramurales.

“Sería un crimen meter a un Wayuú en la cárcel por el estado inconstitucional de esos centros, y porque nosotros no somos una cultura de cárceles, sino que somos una cultura de justicia restaurativa”, sostiene Andrónico Urbay Ipuana, Miembro de la Coordinación de la Junta de Palabreros.

El sistema de justicia Wayuú no se basa en penas intramurales.

En este proceso, la Junta Mayor de Palabreros destaca el acompañamiento técnico de la MAPP/OEA, “hay procesos de la justicia ordinaria que no conocemos bien, y la Misión nos ha apoyado al ser un puente entre nosotros y el Estado”, señala Urbay.

La Junta Mayor de Palabreros es, en últimas, un ejemplo de construcción de paz. “Nosotros como pueblo Wayuú todo lo resolvemos a través de la palabra, del consenso con la familia… por eso le enseñamos a Colombia que el diálogo es la mejor manera de resolver un conflicto interno. Nos basamos en la verdad, buscamos la reconciliación y la armonía y la convivencia dentro del territorio”, concluye Hilder Aguilar, Miembro de la Junta de Palabreros.

Este proceso hace parte del fortalecimiento que hace la MAPP/OEA en mecanismos de articulación entre jurisdicciones indígenas y el sistema de justicia colombiano.

MAPP/OEA muestra su trabajo en el posconflicto colombiano ante países donantes y amigos en Washington

1 marzo, 2016

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En la sede de la OEA en Washington, se desarrolló un espacio de trabajo especial entre el jefe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA (MAPP/OEA)Roberto Menéndez, y representantes de distintos países donantes y amigos que tienen representación ante la Organización. Además del intercambio de información a profundidad sobre el país, se trataron temas como la incidencia de la Misión en la construcción de un escenario de paz territorial en Colombia y los desafíos para la implementación de la paz más allá del desarme y desmovilización. Continue reading “MAPP/OEA muestra su trabajo en el posconflicto colombiano ante países donantes y amigos en Washington”