Pueblos indígenas, constructores de Paz

6 agosto, 2020

En el marco de la Semana Interamericana, la Semana Nacional y el Día Internacional, reconocemos el aporte de las comunidades indígenas en la construcción de Paz y llamamos a proteger a sus autoridades en todo el país. 

Los pueblos indígenas de Colombia viven en medio de dos realidades complejas: por un lado, han dado una lucha histórica por construir una visión de mundo autónoma, basada en el diálogo, la memoria y la relación armónica con la comunidad, la naturaleza y sus recursos. Desde hace siglos, son los guardianes del territorio y los poseedores de una tradición oral ancestral que les permiten resolver conflictos, aprender de los errores y caminar hacia la paz. 

Justamente esta batalla la han ganado en medio de circunstancias difíciles: también durante décadas han resistido a la violencia política, social, cultural y económica por parte de grupos armados e intereses económicos. Con fiereza han defendido su territorio, donde están enterrados sus mayores y donde se enraiza su cosmovisión y cultura. 

Por eso durante Agosto, en el marco de las conmemoraciones nacionales e internacionales de los Pueblos Indígenas, hacemos un homenaje a las más de 115 comunidades que habitan Colombia, y que han contribuido y siguen contribuyendo, de manera decidida, a la construcción de una Paz completa en el país 

Hoy más que nunca se hace indispensable proteger la vida de los grupos étnicos en Colombia. Según el último informe semestral de la MAPP/OEA, estas comunidades siguen sufriendo afectaciones diferenciadas en el marco del conflicto armado, y están en la mira de los grupos armados ilegales. 

Sufren, por ejemplo, la confrontación entre grupos armados en varias regiones del país. En Cauca, Nariño y Chocó, han padecido del reclutamiento forzado por parte de estos actores ilegales, además muchos de sus comuneros y comuneras han sido afectados por la instalación de Minas Antipersonal, desplazamientos forzados y confinamientos recurrentes. 

En varias regiones del país, las autoridades indígenas han sido duramente afectadas. Los miembros de la Guardia Indígena así como dirigentes de los cabildos han sido asesinados y amenazados por grupos ilegales y, de acuerdo con el monitoreo permanente de la Misión en los territorios, hoy se encuentran en riesgo inminente. “La magnitud de estos ataques trasciende la dimensión individual e impactan negativamente el tejido social y las formas locales de organización de las comunidades. Preocupa el marcado escenario de riesgo de las guardias indígenas y autoridades étnico-territoriales en el norte del Cauca”, señala el informe entregado al Consejo Permanente de la OEA en junio de 2020. 

En medio de este desfavorable contexto, los pueblos indígenas colombianos continúan adelante en la lucha por mejorar sus procesos, recuperar saberes y mecanismos ancestrales de justicia, así como hacer visibles sus procesos internos ante las instituciones colombianas. La MAPP/OEA valora, por ejemplo, el avance en la consolidación y proliferación de escenarios de coordinación entre la Jurisdicción Especial Indígena (JEI), el sistema de justicia ordinaria y la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP). 

Estos avances son pasos firmes para consolidar procesos de reconciliación en las regiones y avanzar hacia una Paz Completa en el país. Los pueblos indígenas de Colombia han sido particularmente afectados por el conflicto, y su relato constituye un elemento indispensable en la superación de esa violencia armada. 

Los pueblos indígenas de Colombia son constructores de Paz. 

MAPP/OEA condena situación de violencia y llama a la Paz en Colombia

28 marzo, 2020

En estas horas difíciles, reiteramos la exigencia a los grupos armados ilegales a cesar todo tipo de afectación contra la población civil, la infraestructura y el ambiente.

Bogotá, marzo 29 de 2020. La Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos (MAPP/OEA) condena los graves hechos de violencia que se han registrado en los últimos días contra liderazgos sociales y de derechos humanos, así como las persistentes afectaciones a varias comunidades del país a causa del conflicto armado y la criminalidad, en medio de los enormes desafíos y amenazas que supone el COVID-19.

La MAPP/OEA reitera su repudio por el asesinato de Carlota Salinas, en el sur de Bolívar; Marco Rivadeneira, en el Putumayo; Ángel Ovidio Quintero, en Antioquia; y Omar Guasiruma y Ernesto Guasiruma, del pueblo indígena Embera en el Valle del Cauca, así como de tres personas en proceso de reincorporación en zona rural de La Macarena, Meta, e insta a las autoridades a avanzar en las investigaciones pertinentes.

La Misión de la OEA ha constatado con preocupación la continuidad de afectaciones por parte de grupos armados ilegales, como amenazas, confinamientos y desplazamientos forzados de comunidades en el Alto Baudó (Chocó), Roberto Payán (Nariño), Argelia y El Tambo (Cauca), y de hostigamientos a estaciones de policía en el Norte del Cauca que ponen en alto riesgo a la población civil. Asimismo, la Misión advierte sobre el incremento de tensión social en el marco de las erradicaciones forzadas de cultivos ilícitos en regiones como Caquetá, Putumayo y el Catatumbo, donde se registró una lamentable muerte.

La MAPP/OEA hace un llamado al Estado colombiano a multiplicar las medidas de prevención y protección del liderazgo social y de la población civil que habita zonas fuertemente impactadas por la violencia y la inequidad, reconociendo su preocupación y las diversas iniciativas implementadas hasta la fecha.

La Misión destaca los esfuerzos que están adelantando las autoridades nacionales, regionales y locales para prevenir y contrarrestar los efectos del COVID-19, y los alienta a disponer los recursos y las acciones necesarias para atender a las poblaciones que, en las actuales circunstancias, son vulnerables tanto al virus como a los efectos de las violencias y la desigualdad.

En estas horas difíciles, la MAPP/OEA reitera la exigencia a los grupos armados ilegales a cesar todo tipo de afectación contra la población civil, la infraestructura y el ambiente, así como a respetar la integridad del personal médico, sanitario y humanitario, público y privado, que trabaja incansablemente para afrontar la emergencia sanitaria. Este es un clamor de la sociedad colombiana y de la comunidad internacional.

Finalmente, la MAPP/OEA convoca a la sociedad colombiana en su conjunto a priorizar la convivencia pacífica, el bien colectivo, la solidaridad y el respeto de los derechos fundamentales. En este difícil escenario, en el que se reafirma la urgente necesidad de la paz completa, la Misión reitera su compromiso de seguir apoyando, bajo las actuales medidas de contingencia, a las comunidades e instituciones de Colombia.

Marco Rivadeneira, un defensor de la vida y la tierra

20 marzo, 2020

La Misión reitera su llamado a las autoridades para adelantar una investigación exhaustiva, que permita dar con los responsables de esta grave y lamentable afectación.

Desde que la MAPP/OEA abrió su oficina en Puerto Asís, hace más de 10 años, conoció de cerca a Marco y su historia. En ese entonces ya era un líder consumado, vocero departamental del Proceso Nacional de Garantías, delegado de una plataforma de Derechos Humanos y vocero nacional del Coordinador Nacional Agrario, una asociación que agrupa a miles de familias campesinas de la región, entre otras organizaciones.

Para quienes habitaban el corredor Puerto Vega – Teteyé, punto estratégico del Putumayo, Marco encarnaba el alma de su lucha. Siempre le apostó al diálogo y a la transformación productiva de los territorios afectados por la presencia de grupos armados ilegales y cultivos ilícitos.

Marco Rivadaneira particpó en varias jornadas de capacitación con la MAPP/OEA en el departamento.

Primero, al lado de las miles de familias cocaleras, acompañó las movilizaciones contra la erradicación forzada a mediados de los 2000. Luego, en tiempos del Acuerdo de Paz, contribuyó al diálogo entre su comunidad y la institucionalidad para transformar de forma pacífica y concertada el territorio.

Este espacio gestionado por Rivadeneira le permitió al gobierno conocer de primera mano las necesidades de más de siete veredas de Puerto Asís, que históricamente encontraron en el cultivo de hoja de coca la única salida a la difícil situación económica.

En medio de esta apuesta pacífica, a Marco Rivadeneira lo encontró la violencia. La MAPP/OEA reitera su condena y rechazo al asesinato, que no solo atenta contra la vida del querido líder, sino contra el tejido de una comunidad que le apuesta a la construcción de paz. También reitera su llamado a las autoridades para adelantar una investigación oportuna y exhaustiva, que permita dar con los responsables de esta grave y lamentable crimen..

Asimismo, extiende su profunda solidaridad a la familia, amigos y comunidad de Marco, y a quienes, como la Misión, tuvimos el inmenso privilegio de conocerlo.