SEMANA: ‘La verdadera paz llegará cuando se logre frenar al narcotráfico’

12 diciembre, 2019

Jueves, 12 de diciembre de 2019

Así lo afirma el jefe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA en Colombia, Roberto Menéndez.


El narcotráfico ha sido el combustible del conflicto y de la violencia en Colombia durante las últimas décadas, y su persistencia amenaza el logro de la tan anhelada paz. Esta actividad ilícita es defendida por estructuras criminales de diversa índole, como los grupos armados ilegales, y en su nombre se cometen actos atroces que afectan la seguridad de los líderes sociales, de las comunidades y de los agentes del Estado. El narcotráfico es un flagelo de dimensión transnacional que pone en peligro a las niñas, los niños y los adolescentes; que profundiza las desigualdades en la sociedad y causa un daño irreparable al medioambiente.

Homicidios, confinamientos, desplazamientos, reclutamiento forzoso, extorsiones, control social, degradación y deforestación son algunos de los efectos invariables de la cruenta disputa que libran los actores ilegales por el control de las rutas y las rentas del narcotráfico. Y estas cadenas y sus redes tienen su eslabón más grueso en el lavado de activos y la comercialización; y el más débil, en la tierra, en las plantaciones.

Durante años los cultivos ilícitos les han servido de sustento a miles de familias campesinas y a diversos grupos étnicos que no tenían otra vía de ingresos para sobrevivir. Pero la mayoría de ellas eran conscientes de los efectos negativos que traía esta actividad ilegal y por esa razón han cambiado la vocación productiva de sus tierras. De hecho, casi 100.000 grupos familiares han atendido el llamado de iniciativas como el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito (PNIS). Y otros se han aliado con el Estado para hallar vías alternativas que les permitan dar el paso hacia la legalidad; una legalidad que les garantice sus subsistencias.

Desde 2016, en la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA, hemos constatado y alertado sobre la vulnerabilidad de las comunidades, de los líderes sociales y las lideresas, que viven en zonas de sustitución voluntaria o de erradicación forzada. Todos ellos están expuestos a las amenazas, al desplazamiento, las desapariciones forzadas y los homicidios. También hemos insistido en que la seguridad de las poblaciones y de los liderazgos pasa por un abordaje integral del fenómeno de las drogas, con estrategias efectivas en los campos del desarrollo, la salud y la seguridad.

Por tal razón consideramos necesario y oportuno que Colombia entre en un definitivo proceso de sinceramiento y diálogo, uno que abarque todas las dimensiones del problema y que convoque a los sectores competentes, a los interesados y a los afectados. Es urgente llegar a consensos mínimos que aborden con determinación todos los eslabones de dicha actividad ilegal. Esta es una oportunidad histórica para la transformación definitiva del territorio, para ponerle fin a una de las principales causas de la violencia que sigue azotando al país y para encaminar con mayor solidez la construcción de la paz.

Debido a la naturaleza transnacional de este fenómeno, los esfuerzos del Estado y de la sociedad colombiana deben seguir contando con la compañía solidaria de la comunidad hemisférica e internacional.

*Jefe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA en Colombia (MAPP/OEA).


Para ver la nota en el medio haga clic aquí.

SEMANA: ‘ELN y disidencias de las Farc: el ‘coco’ de los niños en 19 zonas del país’

11 julio, 2019

Jueves, 11 de julio 2019

A pesar de que la participación de menores en el conflicto armado parecía extinguirse con el acuerdo paz, este flagelo sigue vigente. Un nuevo informe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA enciende las alarmas


La historia de Paula (*), de 13 años, parecía un caso más de deserción escolar en la vereda Cortaderal, municipio de Ituango, Antioquia. Pasó dos meses sin regresar al colegio en donde cursaba sexto grado. Sin embargo, resultó ser un caso de reclutamiento y abuso sexual cometido por las disidencias del frente 18 de las Farc. Tuvo suerte. Tropas del ejército la rescataron en medio de un combate con ese grupo criminal y la entregaron al Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF). 

Aunque Paula está a salvo, otros niños como ella viven situaciones similares. Según el secretario de Educación de Antioquia, Néstor Restrepo, a principios de 2018 las veredas de Ituango registraron 5.100 estudiantes, pero al finalizar el año tenían 300 menos. “En un consejo de seguridad, una profesora informó que grupos armados se llevan reclutados a los niños, y que esa era una de las causas de deserción escolar”, explicó el funcionario.

Pero no solo ocurre en Ituango. En todo el departamento de Antioquia, 400 niños están en riesgo de convertirse en instrumentos de guerra. Por ejemplo, en el municipio de Cáceres, la Institución Educativa Monseñor Gerardo Patiño tenía 2.250 estudiantes matriculados entre 2017 y 2018, pero, de acuerdo con un profesor de la institución que prefiere no revelar su nombre por seguridad, este año solo se matricularon 1.400 alumnos. Lo que quiere decir que más del 32 % desertó.

“Es extremadamente doloroso llegar al aula de clase y que la mamá llegue al colegio a sacar los papeles del niño y diga: ‘Me lo voy a llevar porque hay orden de reclutar menores y yo no quiero que mi hijo forme parte de esto’. Se siente una impotencia tremenda porque si intervenimos directamente, nos matan”, cuenta el profesor.

También ocurre hacia el sur del departamento, en San José de Apartadó, una de las regiones más golpeadas por el conflicto armado. Después de que el Gobierno firmó el acuerdo de paz con las Farc, el municipio quedó a merced de los paramilitares. Según cuenta uno de los miembros del consejo interno de la Comunidad de Paz, en los últimos dos años creció el número de integrantes de este grupo criminal y con ello, el riesgo de reclutamiento infantil.

“Esa gente ha estado de vereda en vereda informando sus objetivos: ocupar el territorio y no permitir la presencia de otro grupo armado. En esas visitas también le ofrecen a los campesinos que se unan a ellos y a cambio les pagan un sueldo. Hoy sabemos que 50 personas se unieron a su red, de las cuales hay cinco niños a quienes tienen trabajando como informantes. Eso nos duele mucho como comunidad, porque nosotros hemos venido educando a la juventud en el respeto y el perdón”.

Un año peligroso para los niños

Más allá de Antioquia, los casos de reclutamiento se esparcen sin control por el país. Hay alertas en otras regiones como Chocó, Nariño, Cauca, Córdoba y Meta, según la Defensoría del Pueblo. Territorios que han liderado históricamente las estadísticas de desvinculación de menores de grupos armados. De los 6.570 niños que han salido de las filas de las grupos armados desde 1999, 2.726 corresponden a estas regiones, de acuerdo con el ICBF.

El informe más reciente de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA (MAPP/OEA), elaborado sobre las lecciones de más de 1.600 misiones en todo el país, revela cifra alarmantes. De acuerdo con el documento presentado este miércoles frente a la OEA, los grupos armados continúan reclutando menores en 19 zonas de Colombia, principalmente en regiones habitadas por comunidades afro e indígenas. Por ejemplo, señala el informe que el ELN se ha fortalecido llevando a sus filas menores de edad principalmente en Chocó: Alto Baudó, Bajo Baudó, Bojayá, Riosucio y Juradó. También lo están haciendo en zonas como el Catatumbo (Norte de Santander) y en Segovia (Antioquia), Santa Rosa del Sur y Simití (Bolívar). 

Sobre las disidencias de las Farc, el informe señala que el reclutamiento se ha fortalecido en lugares como Suárez y Corinto (Cauca); Cartagena del Chairá y Solano (Caquetá); San José del Guaviare y Miraflores (Guaviare); San Vicente del Caguán; La Macarena (Meta); y Arauca y Arauquita (Arauca).

Pero eso no es todo. La Coalición contra la Vinculación de Niños, Niñas y Jóvenes al Conflicto Armado en Colombia (Coalico) aseguró a principio de año que el reclutamiento infantil creció. Esta organización, que cada año monitorea las acciones que afectan a los menores de edad en el marco del conflicto armado, reveló que en 2017 se reportaron 20 casos de reclutamiento, mientras que en 2018, la cifra subió a 50. Eso, sin contar con el subregistro, ya que en este tipo de hechos la gente siente miedo y no suele denunciar.

De acuerdo con Hilda Molano, coordinadora de la Secretaría Técnica de Coalico, las cifras crecieron, entre otras cosas, por la presencia de las disidencias de las Farc, la diversificación de actores y la continuidad del conflicto. Además, los grupos armados luchan por controlar los espacios que dejaron las Farc y que el Estado no ha ocupado. En ese sentido, “todo parece indicar que en 2019 tendremos cifras peores de las que registramos en 2018”, dice Molano.

¿Qué nos enseñó el pasado?

De acuerdo con el informe del Centro de Memoria Histórica (CMH), este flagelo comenzó a aumentar a principios de la década de los noventa y llegó a su pico máximo entre 2000 y 2002, momento en que los grupos armados ilegales reclutaron cerca de 1.500 menores de edad. En esa época, cuando un niño no regresaba al colegio, el sistema educativo no sospechaba esta causa.

Antes del desmonte de las Farc, esta guerrilla desarrollaba acciones de proselitismo, en las que les prometían a los niños que podrían estudiar y además recibir algún dinero. Por su parte, los paramilitares se caracterizaban por reclutarlos exclusivamente a cambio de una suma que podía estar entre 500.000 pesos y 1.700.000 pesos.

Pero sin importar sus ideologías, todos usaron el miedo. El informe “Una guerra sin edad” del CMH, el análisis más exhaustivo realizado en el país sobre el tema, lo describió así: “Amenazas de muerte, violencia sexual, especialmente sobre niñas y adolescentes; insultos e intimidación con armas, imponiendo sus órdenes y controles sociales sobre la población civil”.

Con esa información, más los datos que por años ha recopilado el Estado sobre las zonas rojas del reclutamiento, es posible establecer en qué lugares del país los niños son vulnerables. No obstante, la guerra se sigue moviendo más rápido, pese a que la Defensoría del Pueblo, algunas secretarías de educación y organizaciones como Coalico realizan un monitoreo constante y procuran coordinar a las entidades para evitar este fenómeno.

Las eventuales estrategias de prevención corren por cuenta de la Policía o el propio Ejército, dos actores armados que, para muchos expertos como Hilda Molano, ponen en riesgo la vida y la seguridad de los menores y la comunidad educativa. “Resulta peligroso que un policía o un militar entre a una escuela a buscar información sobre los grupos armados que operan en la zona, y se promueva la denuncia sin saber si están cerca”.

Pero ni la falta de coordinación entre las instituciones para prevenir el reclutamiento ni la complejidad del tema representan una excusa para que los más vulnerables aún estén a merced de la guerra. El Estado les falló a los más de 16.879 niños reclutados por grupos armados durante 1960 y 2016, según el CNM. Y no puede cometer de nuevo ese error.

(*) Nombre cambiado por seguridad

La voz de las víctimas

Para construir el informe “Una guerra sin edad”, el Centro de Memoria Histórica (CMH) entrevistó a 16.879 personas que entraron a los grupos armados cuando tenían menos de 18 años. De esas entrevistas, el CMH hizo público el testimonio de un hombre desvinculado del ELN, que ingresó al mismo a los 13 años: “La falta de oportunidades, la falta de educación de los padres y uno de trece años… al ver que convive con personas que tienen plata, armas, poder, pues uno se deja influenciar; y era fácil, porque también nos invitaban a reuniones”, cuenta el hombre, hoy de 33 años.

De esas entrevistas lograron establecer que reclutaban a niños entre 3 y 20 años y a niñas entre 0 y 21 años. Del total de los entrevistados, el 45,6 % sostuvo que sufrían sanciones físicas muy duras. Además, quedó claro que los niños cumplían funciones de inteligencia y mensajería, mientras las niñas hacían las labores domésticas y recibían toda clase de abusos sexuales.


Para ver la nota en el medio haga clic aquí.

EL TIEMPO: ‘La paz es un imperativo, se requiere la suma de todos los esfuerzos’

3 julio, 2019

Este martes, en el marco de la 49 Asamblea de la Organización de Estados Americanos (OEA), la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de esa organización  (MAPP/OEA) realizará una presentación en conmemoración de los 15 años que lleva trabajando por la construcción de paz en los territorios colombianos.

Roberto Menéndez, jefe de esa Misión, habló con EL TIEMPO sobre el trabajo que han realizado estos 15 años, los retos que enfrenta el proceso de paz y el futuro que debería buscarse de cara a los suspendidos diálogos de paz con el Eln.

¿Cuáles cree que son las mayores preocupaciones en estos momentos frente al proceso de paz?

La principal amenaza que enfrenta la paz en Colombia es la persistencia de las afectaciones a las comunidades rurales y étnicas, a raíz de las confrontaciones y disputas entre grupos armados ilegales, con graves consecuencias humanitarias como asesinatos, confinamientos, desplazamientos, reclutamiento forzado y violencia sexual, en zonas como Bajo Cauca y Catatumbo, y en departamentos como Nariño, Chocó, Arauca y Cauca.

Nos preocupa además el asesinato de líderes y lideresas sociales, comunitarios, étnicos y de Derechos Humanos, así como el de excombatientes. Hemos condenado y visibilizado estos hechos en nuestros 26 informes públicos, y hemos entregado recomendaciones concretas a más de 20 instituciones del Estado, instando a una articulación efectiva entre el nivel local y nacional para prevenir afectaciones, garantizar la protección y evitar la impunidad en estos lamentables casos.

Los diálogos de paz con el Eln se rompieron y no parece que se vayan a retomar pronto… ¿Qué opina de esto, deberían retomarse los diálogos?

La OEA y la MAPP/OEA estamos convencidos de que el diálogo es la senda para alcanzar la paz. En momentos en los cuales se destruyen o se debilitan las condiciones para el diálogo, la actitud no puede ser la resignación y, mucho menos, más violencia, como ocurrió con el atentado terrorista en enero de este año, que condenamos y repudiamos. Consideramos que deben crearse o recomponerse las condiciones necesarias para avanzar por la vía del diálogo.

Frente a la implementación del acuerdo de paz con las Farc, ¿en qué debería concentrarse el Gobierno?

Siempre hemos sido respetuosos de la forma en la que los diferentes gobiernos han enfrentado los enormes desafíos que plantea la implementación de acuerdos, exhortando a que las diversas visiones redunden en avances concretos sobre los compromisos asumidos.

La Misión reconoce que el Gobierno Nacional ha establecido prioridades que considera necesarios para afianzar la paz en los territorios, bajo los principios de legalidad y equidad. En el marco de nuestro mandato, en distintos escenarios, le hemos entregado recomendaciones al Gobierno, orientadas al diseño e implementación de acciones coordinadas que partan del reconocimiento de las complejidades de cada zona, y a que concentre los esfuerzos, no solamente en su control militar, sino fundamentalmente en la transformación estructural de los territorios.

Desde su experiencia, ¿Puede afectar los resultados del proceso de paz el ambiente de polarización y presión que vive?

No en todo el proceso, pero sí en aspectos centrales como la reincorporación de excombatientes, la búsqueda de verdad y justicia, y la ampliación de la participación política. Las diferencias son válidas y contribuyen a la democracia, lo que es importante es reducir los márgenes de polarización en la medida en que generen o propicien violencia. Hemos insistido que la construcción de la paz requiere la participación amplia y plural de todos los sectores de la sociedad colombiana.

¿Qué decirle al país, en estos momentos en los que el acuerdo de paz con Farc es presionado, los diálogos con el Eln se levantaron, y cada vez hay más grupos de delincuencia organizada? ¿Vale la pena seguir buscando oportunidades de paz?

La paz es un imperativo máximo, y justamente en los momentos y contextos difíciles es cuando se requiere la suma de todos los esfuerzos y voluntades. Sin el involucramiento comprometido y activo de toda la sociedad, aún con las diferentes visiones sobre algunos aspectos de los Acuerdos del Teatro Colón, la paz, la equidad, la prosperidad y la reconciliación difícilmente serán posibles.

Para ver la nota en el medio haga click aquí

EL TIEMPO: ‘Se necesitan acciones eficaces para proteger a líderes sociales’: OEA

Tras realizar 1358 misiones en 720 centros poblados (veredas y corregimientos) de 197 municipios, de 23 departamentos, la Misión de Apoyo al Proceso de Paz de la OEA (MAPP/OEA), presentó el informe de misión de agosto a diciembre del 2018 ante el Consejo General de la Organización de Estados Americanos.

Algunos de los hallazgos de la Misión, que se enfoca en hacer seguimiento al proceso de paz, son la continuidad de ataques contra líderes sociales en el país, que la falta de presencia estatal en varios territorios ha facilitado la expansión de grupos armados, disidencias y Eln, que han impuesto sus normas de convivencia convirtiéndose en nuevos agentes resolutivos.

Sobre esto, el informe presentado refiere que los casos más recurrentes de justicia impartida por estos grupos ilegales son las sanciones y ejecuciones penales que realizan cuando se presentan casos de homicidios, hurtos y delitos graves que no se remiten a la justicia formal. “En algunos casos excepcionales, y cuando dentro de sus prioridades no está el control de la población, deciden que dichos delitos sean llevados a la institucionalidad o a la justicia comunitaria, y son precisamente los GAOR quienes orientan a la comunidad hacia donde remitirse”, dice el informe.

“Preocupan persistentes afectaciones a población civil y liderazgos sociales a causa del conflicto armado, como homicidios, amenazas y desplazamientos. Se requieren resultados concretos, garantías de seguridad y presencia articulada del Estado”, dijo Roberto Menéndez, jefe de la Misión de la OEA, en la presentación del informe.

Además, el informe dice que son necesarias medidas de protección especiales para líderes sociales, de cara a las elecciones regionales del próximo octubre, especialemente en aquellas zonas que antes eran controladas por las Farc, “será necesario avanzar sobre medidas preventivas, de monitoreo y de acompañamiento antes, durante y después de las elecciones, para así garantizar unos comicios con ejercicio pleno a la oposición y votaciones libres para la población“, dice el documento.

Por otro lado, de acuerdo con la MAPP/OEA, las afectaciones a excombatientes se estarían generando porque son vistos como personas útiles para el funcionamiento de economías ilegales, y por el presunto manejo de información estratégica que puede afectar, desequilibrar o ayudar al control territorial de los grupos armados ilegales.

“En esta etapa crítica de la implementación del Acuerdo Final, se hace necesario avanzar en la adopción de decisiones concretas y prioritarias con respecto a la seguridad de los excombatientes y sus familias, especialmente teniendo en cuenta que esta situación se podría agudizar con la eventual salida de esta población de los ETCR en el segundo semestre del 2019”, resalta el informe sobre la situación de los excombatientes, y agrega: “si se asegura la reincorporación social, política y económica efectiva de antiguos miembros de las Farc, la paz en Colombia avanzará y se allanará el camino hacia la reconciliación”.

Problema de cultivos ilícitos y de tierras

Sobre el problema de los cultivos ilícitos, la misión comentó que si bien es importante la intención del Gobierno de continuar con el Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos Ilícitos (PNIS) hay más de 46.000 familias en aproximadamente 30 municipios, que mostraron su voluntad de participar en el PNIS con la firma de acuerdos colectivos, pero no están siendo contempladas como beneficiarias del programa.

Por ello, la Misión alentó al Gobierno a hacerle seguimiento a las solicitudes de estas familias.

De otro lado, la MAPP/OEA expresó su preocupación por el alto índice de negaciones de inscripción en el Registro de Tierras Despojadas y Abandonadas Forzosamente.

“Un número importante de víctimas aún no han adelantado la solicitud, por desconocimiento de la norma o por temor debido a la persistencia del conflicto armado en algunas zonas, lo que impacta directamente la garantía efectiva de sus derechos”, dijo ese organismo.

La Misión reconoció los esfuerzos del Estado por implementar estrategias que prevengan situaciones de riesgo relacionadas con los procesos de restitución, pero reitera su preocupación por la persistencia de afectaciones a la vida e integridad de las personas intervinientes en la política de restitución de tierras y el bajo nivel de investigación y judicialización de responsables materiales e intelectuales de los hechos victimizantes.

Para ver la nota en el medio haga click aquí

EL ESPECTADOR: OEA señala desafíos para consolidar la paz en Colombia

23 mayo, 2019

La Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos (MAPP/OEA) presentó su XXVI informe semestral, en donde recoge algunos desafíos que hay en materia de paz en Colombia.

La Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la OEA dio a conocer esta semana un informe  basado en las observaciones de 1.350 misiones que realizó el organismo en 720 poblaciones de Colombia  —entre el 7 de agosto y el 31 de diciembre de 2018—, de cara a la implementación del Acuerdo Final de Paz suscrito entre el Gobierno y la exguerrilla de las Farc.

Entre los desafíos que evidenció la MAPP en su informe se encuentra la situación que actualmente afrontan los líderes sociales en el país. Sobre ello el organismo reseñó que ante las afectaciones contra líderes, lideresas y defensores de DDHH, “son necesarias acciones coordinadas, innovadoras y eficaces, que potencien las instancias y los organismos competentes, y mejoren los sistemas de prevención y protección”.

Por ello, entre las recomendaciones que le hace la MAPP a instituciones como el Ministerio del Interior, la Defensoría del Pueblo y la Unidad Nacional de Protección está “desarrollar una estrategia articulada de prevención y protección para líderes y lideresas sociales (…)” y “unificar un Sistema de información del Estado con cifras consolidadas de las diversas afectaciones a líderes sociales (homicidio, amenaza, desplazamiento, confinamiento, extorsión, secuestro, robo de información)”.

Si bien no es clara la cifra de líderes sociales asesinados en los últimos años, según el más reciente informe del Instituto Nacional de Medicina Legal, en Colombia fueron asesinados 317 líderes entre 1 de enero de enero de 2018 y el 30 de abril de 2019. A su vez, la ONG Somos Defensores ha registrado en su sistema de información más 560 homicidios de los cuales alrededor del 90% han quedado impunes.

Otro de los desafíos que enfrenta la paz en Colombia es la permanencia de dinámicas de conflicto y criminalidad en varias regiones del país. Sobre ello, la MAPP llamó la atención sobre la violencia que generan los grupos armados ilegales en los territorios, la cual se traduce en “homicidios, amenazas, siembra de minas antipersonal, desplazamientos, confinamientos, reclutamiento forzado y violencia sexual”.

Frente a ello, la MAPP recomienda al Estado colombiano avanzar en la implementación de medidas de prevención, atención y protección a la población civil que sean adecuadas para atender diferencialmente a diversas poblaciones, tales como niños y niñas, mujeres, comunidades indígenas y afrodescendientes.

Además, el informe invita a la Comisión Nacional de Garantías de Seguridad y al Ministerio de Justicia, a “continuar fortaleciendo las acciones que permitan atacar los medios de financiamiento de los grupos armados ilegales para evitar que la extracción de rentas de economías legales e ilegales siga alimentando su tendencia al crecimiento y la expansión, y afectando directamente a las comunidades más vulnerables.”

La implementación de justicia en los territorios es otro de los desafíos para la paz. Hoy en día algunas organizaciones como el Eln o Los Pelusos (Epl) siguen imponiendo sanciones, restricciones y normas de convivencia a la población civil. Sobre ello, la MAPP reseña que “la población no puede acceder a la justicia formal o decide no hacerlo, porque la justicia impartida por grupos armados ilegales les resulta más rápida y eficiente.

Adicionalmente, las condiciones de ruralidad dispersa hacen difícil la llegada de la institucionalidad, en especial del Cuerpo Técnico de Investigación (CTI) o Medicina Legal, a los territorios más alejados, lo que genera impacto en la rigurosidad de las investigaciones, y mina la confianza de la ciudadanía hacia la justicia.”

Frente a ese escenario, la MAPP aconseja a la Fiscalía General de la Nación y a la Sijin fortalecerse en aquellos territorios en donde su presencia es insuficiente o inexistente. A su vez, señala que es necesario que el Consejo Superior de la Judicatura verifique la capacidad humana que tiene a nivel territorial para que “se cuente en los juzgados con mínimo el Juez, secretario, citadores, escribientes y notificadores (…)”.

De acuerdo al informe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia, los departamentos de Chocó, Arauca, Cuaca, y los territorios del Bajo Cauca antioqueño, Catatumbo y el Pacífico nariñense son los lugares más golpeados por la presencia de grupos armados ilegales.

Para ver la nota en el medio haga click aquí

EL TIEMPO: Recorrido visual por la historia del proceso de paz en Colombia

20 mayo, 2019

El 15 de mayo, Roberto Menéndez, jefe de la MAPP/OEA, presentará ante el Consejo Permanente de la Organización el XXVI informe de esta misión en Colombia. A raíz de esto, el mismo día se inaugurará una exposición en Washington, Estados Unidos, que presentará algunas de las mejores fotos que ilustran cómo han apoyado el proceso de paz en Colombia.

En la exposición, los espectadores tendrán acceso a todas las perspectivas del conflicto: fotografías sobre el desarme de las AUC, el apoyo a las víctimas en la búsqueda de verdad, justicia y reparación, el diálogo entre comunidades y Estado, el monitoreo a las dinámicas de los territorios y los procesos comunitarios de participación y convivencia, entre otros.

Estas fotos mostrarán la perspectiva de los intregrantes de la MAPP/OEA frente al proceso de paz en Colombia durante esta década y media. Según Menéndez, “las imágenes reflejan la persistente voluntad de construcción de paz de las y los colombianos, y nos recuerdan nuestro compromiso de seguir acompañándolos”.

Esta exposición se debe a la conmemoración de los 15 años que lleva trabajando este organismo internacional en Colombia. Es por esta razón que seleccionaron algunas de las fotos que consideran más representativas para narrar el proceso de paz desde los territorios más afectados por el conflicto armado.

Las fotografías se podrán presenciar de manera presencial en la exposición, pero también, se realizará el mismo recorrido visual a través de un especial multimedia, por lo que más personas tendrán acceso al material de manera virtual. De igual forma, la exposición física se trasladará a diferentes ciudades de Colombia, empezando por el Museo Casa de la Memoria en Medellín entre el 26 y 28 de junio.

“Esta galería también es un llamado a la comunidad nacional e internacional sobre la urgencia de seguir profundizando los esfuerzos en torno a la construcción de paz, que ha tenido importantes avances, pero que a la vez enfrenta riesgos y desafíos”, explica Menéndez.

Ver galería en el medio Click aquí

BLU RADIO: Exposición fotográfica en Washington mostrará el proceso de paz de Colombia

Fotografías tomadas en lugares afectados por el conflicto armado interno colombiano serán exhibidas en una exposición en Washington, como parte de la conmemoración de los 15 años de trabajo de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de los Estados Americanos (MAPP/OEA).

“Estas fotografías fueron tomadas a lo largo de los años por nuestros funcionarios nacionales e internacionales, como testigos cotidianos y directos de las realidades que afrontan las comunidades rurales de Colombia, así como de los esfuerzos adelantados por el Estado colombiano”, dijo el jefe de la MAPP/OEA, Roberto Menéndez.

El funcionario agregó que las “imágenes reflejan la persistente voluntad de construcción de paz de los colombianos, y recuerdan el compromiso de seguir acompañándolos”.

En Colombia, el primer destino será en Antioquia, en el Museo Casa de la Memoria y diferentes puntos del centro administrativo de Medellín, como antesala a la Asamblea General de la OEA que tendrá lugar en la ciudad entre el 26 y 28 de junio.

La misión fue la encargada de seleccionar las fotografías captadas en los territorios afectados por el conflicto.

La inauguración de esta exposición itinerante se realizará el próximo 15 de mayo en Washington, el mismo día en que Menéndez presentará ante el Consejo Permanente de la Organización el XXVI informe de esta misión en Colombia.

La información añade que las fotos reflejan no solo la realidad del conflicto sino también la esperanza de paz de un país que avanza con hechos por el camino de la paz y la reconciliación.

Las fotografías congelan momentos claves como el desarme de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el apoyo a las víctimas en la búsqueda de verdad, justicia y reparación, el diálogo entre comunidades y Estado, el monitoreo a las dinámicas de los territorios y los procesos comunitarios de participación y convivencia, entre otros aspectos.

Unos 31 mil miembros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) se desmovilizaron en 2006 dentro de un proceso autorizado por el gobierno del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010).

Para ver la nota en el medio haga click aquí

En Cali, mujeres se reconcilian a través del video

9 noviembre, 2018

Durante dos años, 25 mujeres víctima del conflicto, ex combatientes y de población vulnerable trabajaron en el proyecto ‘Video reconciliación´, en el cual fortalecieron su auto-reconocimiento y empoderamiento. Durante ese tiempo las mujeres produjeron dos cortometrajes. Asimismo, un documental que relata este proceso fue estrenado en el acto de clausura.

La metodología que atravesó todo este trabajo se llama Video Transformación, que consiste en formar a las mujeres en herramientas audiovisuales para producir historias, contar con su propia voz los relatos y trabajar en equipo. De esta manera, las mujeres provenientes de distintos sectores e historias personales se integraron en esta tarea, en la que el video fue una excusa y un espejo para reflexionar sobre ellas mismas y trabajar en el reconocimiento de las demás.

“Como MAPP/OEA nos sentimos honrados de haber acompañado este proceso, que nace de la decisión de mujeres y un conjunto de instituciones para apostarle a la reconciliación individual y grupal”, señaló Daniel Millares, coordinador del área de Justicias de la Misión.

Durante el proyecto las mujeres produjeron dos cortometrajes, participando de su planeación, elaboración del guion, reportería, actuación y grabación. Uno de ellos se llama ‘Una segunda oportunidad’, y trata sobre iniciativas comunitarias de reciclaje en el barrio Llano Verde, de Cali. El segundo audiovisual, ´Mujeres re-existiendo´, aborda la temática de la migración hacia las ciudades y las dinámicas de violencia que enfrentan quienes llegan a las urbes.

En la jornada de clausura, que se realizó el 8 de noviembre en Cali, fue presentado a los asistentes el documental que recoge todo lo que ha sido esta experiencia, y se realizó un conversatorio en el que las mujeres contaron lo que significó para ellas esta propuesta.

“Después de un pasado tormentoso la paz llegó a mi vida. Video-reconciliación me dió oportunidades en mi día a día. Hoy todas somos una sola”, exclamaron al unísono las 25 mujeres en el acto de graduación, en el que fluyeron los abrazos sinceros de amistad, cariño y gratitud.

Este proyecto fue financiado por la Embajada de la República de Corea en Colombia, coordinado por la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia (MAPP/OEA) y apoyado por la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas (UARIV), la Agencia para la Reincorporación y Normalización (ARN), la Secretaría de Paz y Cultura Ciudadana de la Alcaldía de Cali y la Ruta Pacífica de las Mujeres.

CARACOL RADIO: “El reto es mantener la percepción positiva que dejó el desarme de las Farc”

27 junio, 2018

La Misión de Paz de la OEA reconoce los avances, pero señala los riesgos por economías ilícitas y grupos armados ilegales que persisten.

https://youtu.be/OC-loFt3e7s

El Jefe de la Misión de Apoyo al Proceso de Paz en Colombia de la Organización de Estados Americanos, (MAPP/OEA), Roberto Menéndez, en entrevista con Caracol Radio señaló los resultados que ha tenido el desarme de las Farc especialmente en las regiones.

Sin embargo, advirtió sobre los retos que representa la ausencia del Estado que está apenas llegando con oferta institucional a muchos territorios, donde había gran expectativa por la firma de la paz, pero donde continúan padeciendo el flagelo de la violencia, por actores como los grupos armados que se mantienen, las disidencias de las Farc y las economías ilegales.

 ¿CÓMO OBSERVAN DESDE LA OEA EL RESULTADO DEL DESARME DE LAS FARC?

Hay que posicionar esta pregunta en un contexto general y es que estamos hablando de la valoración de un año sobre el impacto que ha tenido un acuerdo de paz que aspira resolver muchos de los problemas que durante 50 años han ensangrentado al país. Por otra parte transformaciones, cambios que se aspiran concretar con estos acuerdos que tiene unos grados de dificultad, de complejidad y una magnitud muy grande.

Sin estos dos elementos básicos es muy complejo decir lo que uno puede observar apenas en un año de los entre 10 y 15 previstos para la implementación.

Hay logros que debemos destacar por que se viven y se disfrutan en el territorio de los muchos elementos, uno, quizá el más urgente que se había planteado es el desmonte y la desaparición de un actor ilegal armado, que formaba parte de la ecuación de violencia desde hace 50 años .

Casi 12.000 integrantes de las Farc se han registrado y están en proceso de reintegración, han dejado de ejercer la violencia y están en proceso de integrarse a la sociedad, a la vida económica social, cultural y política.

Más de 9.000 armas han salido de circulación, armas que no están amenazando, matando, amedrentando a la población lo que es extremadamente destacable. Entre 700 y 800 caletas de armamento de todo tipo han sido encontradas, vaciadas y sus explosivos desactivados.

Hay un partido político más y un actor armado ilegal menos y eso enriquece la democracia y decrece las posibilidades de mantener las diferencias a través del uso de la violencia que es una aspiración de toda Colombia.

Otros aspectos que son importantes, el andamiaje normativo complejo va por alrededor de 100 normas concretadas, entre ellas varias reformas constitucionales.

Instituciones y políticas se han creado y se han establecido y hay enormes esfuerzos que hemos observado en los territorios de llegada del Estado, territorios que durante tantos años han sido olvidados de sus derechos y aquellos más afectados por la violencia. Hay inversiones y reconocimiento internacional.

Destacamos estos y otros avances y logros. En los territorios es evidente, cuantificar los muertos que no fueron suena desagradable pero si uno imagina un solo colombiano que no haya perdido la vida, que no haya sido despojado, herido, reclutado, extorsionado, uno solo de estos ciudadanos vale la pena y según la dinámica de la guerra son miles los colombianos que no han sido afectados por los avances de estos acuerdos de paz.

¿CÓMO ORGANISMO INTERNACIONAL QUE OPINAN DE LOS TIEMPOS DEL DESARME?

Cuando una sociedad y un pueblo han vivido tantos y tantos años con un armasobre la cabeza no se puede dar el lujo de vivir con un reloj detrás de la cabeza, sentirse amenazado, apurado y presionado por el tiempo. El trascurso del tiempo debe verse en la medida en que uno vea decisión política, avances concretos, el paso del tiempo entonces debe verse como una inversión, no como algo que jala hacia abajo el proceso.

En los territorios lo más importante es como la población percibe los beneficios de la paz, y la irreversibilidad de estos procesos, más allá de los blindajes jurídicos, los ciudadanos del común que durante generaciones han padecido la debilidad del Estado y la violencia de la ilegalidad, aspira a más que urgencias a hechos concretos que le digan que esto está cambiando.

El Estado debe llegar eficazmente a esos territorios con garantías de seguridad efectivas, concretas y visibles, no solo en materia de seguridad, debe llegar con planes y con políticas pero es hora de que la población sienta en el día a día que la escuela, la educación, la justicia y la infraestructura están llegando. Si eso no lo viven las poblaciones día a día los logros van a correr un riesgo de sustentabilidad y de penetración en donde deben tener.

 ¿CUÁL HA SIDO EL IMPACTO REAL DEL DESARME EN LOS TERRITORIOS QUE ACOMPAÑA LA MAPP-OEA?

Sin duda, ha habido una percepción inicial extremadamente positiva, el hecho de que las comunidades vean a los miembros de las Farc concentrados, en grupo hacia los diferentes puntos de ubicación, verlos dejar las armas, la cotidianidad de estas personas no haciendo violencia, educándose, capacitándose y conviviendo, ha generado un salto hacia delante y una mirada esperanzadora.

Sin embargo, es un proceso complejo, no solo estaban las Farc en los territorios y no solo estaba la ausencia del Estado. A medida que se avanza positivamente, también los territorios y otros grupos se han reconfigurado, en la misma manera en que las Farc han dejado el territorio o están con una modalidad cívica, también otros grupos armados ilegales que ya estaban y que se han fortalecido han llegado a esos territorios.

Grupos que habían estado históricamente y se habían trasladado han regresado, economías ilícitas que alimenta y perpetua estos grupos armados ilegales persisten en los territorios porque todavía no hay suficiente control, garantías de seguridad, ni el Estado se ha instalado allí.

Más los grupos residuales o disidentes de las mismas Farc han generado en algunos lugares y en algunas comunidades esa sensación de que la percepción positiva inicial empieza a frenarse, porque lo que esperaban un cambio definitivo de vida no lo ha terminado siendo.

Porque llegan estos grupos, porque pretende dejar de cultivar la coca y pasar a una actividad lícita y no se lo permiten, de golpe los asesinan, etcétera.

Esto es una realidad en muchos territorios, pero también es una realidad que muchos territorio que estaban bajo zozobra con las Farc hoy ya no lo están, hay mucho territorio en Colombia donde no hay conflicto armado, no hay guerra. No podemos dejar de ocultar que también en otros tantos territorios no se ha podido consolidar la percepción de que la paz está llegando y está cambiando la vida cotidiana.

Para ver la nota en el medio haga click aquí

EL ESPECTADOR: “¡La paz sin las mujeres, no va!”

5 junio, 2018

Las voces de 2.500 mujeres, en 11 departamentos del país, se unieron para pedirles al Eln y al Gobierno que incluya de manera transversal el enfoque de género en sus negociaciones. En cada ciudad se sentaron el pasado 1° de junio, para construir propuestas que llevarán a La Habana bajo la bandera de la equidad y la paz.

Una a una, las manos de las 500 mujeres que estaban en el coliseo de la Universidad del Valle en Santander de Quilichao se unieron y se levantaron, para acompañar las voces que al unísono exclamaban que la paz sin las mujeres no es posible. Ese fue el mensaje que les enviaron a las delegaciones del Eln y del Gobierno en La Habana, con quienes hablaron vía streaming el pasado 1° de junio.

El cuadro de mujeres organizadas, con la bandera de la paz, lo conformaban indígenas, afrocolombianas, campesinas, académicas, políticas, jóvenes, trans, lideresas y mujeres de la ciudad, de todas las edades y costumbres. Iban con sus hijos e hijas, algunas con sus esposos. Otras eran las organizadoras de este diálogo, que estaba replicándose en gran parte del país al mismo tiempo. Ese viernes, 2.500 mujeres en total, en 11 departamentos de Colombia, estaban construyendo propuestas para llevarlas a la mesa de diálogos de La Habana con el Eln.

Antioquia, Arauca, Bogotá, Atlántico, Boyacá, Cauca, Chocó, Huila, Quindío, Tolima y Nariño fueron los escenarios para la difícil tarea de hacer un diálogo nacional, para construir la agenda de paz territorial, para hacer pedagogía sobre la negociación actual con el Eln y el seguimiento a la implementación del proceso con las Farc.

La iniciativa, llamada Juntanza de Mujeres Conectadas con la Paz, nació con dos metas muy claras: lograr la participación de las mujeres en la implementación del Acuerdo Final con las Farc y gestionar la Comisión de Género en la actual mesa de negociación con el Eln. Estos diálogos territoriales fueron parte de una estrategia que comenzó el pasado 18 de mayo, con la visita de la Cumbre Nacional de Mujeres y la Juntanza de Mujeres a las delegaciones del Eln y el Gobierno en La Habana para darles un taller sobre enfoque de género.

La camiseta para defender la paz

La capacidad organizativa en el Cauca no se pone en duda. La presencia de 500 mujeres en el campus de la Universidad del Valle en Santander de Quilichao lo demuestra. Fue la región con más asistentes, a pesar de que en la zona se están presentando de nuevo hostigamientos y amenazas de grupos armados residuales, paramilitares o disidencias de las Farc.

Eso no las detuvo para llegar en chivas desde las veredas de Cajibío, Caloto, Inzá, Toribío, Caldono o Buenos Aires. Muchas llegaron con chalecos y pañoletas alusivas a la organización de mujeres de su región. Y según los cálculos de la Juntanza de Mujeres, la plataforma que convocó este diálogo nacional, estuvieron ahí cerca de 50 organizaciones indígenas, campesinas, sindicales y raizales.

En este encuentro, las mujeres “se pusieron la camiseta para defender la paz”. Desde las ocho de la mañana empezaron a llegar en grupos y cada una recibía una camiseta blanca que podían pintar. Minutos después, el centro del coliseo se pintó de blanco y se dio inicio al encuentro con el saludo de la Embajada de Suecia, el Centro Fokus y la Mapp-OEA, organizaciones que han apoyado con recursos financieros, logísticos y pedagógicos el diálogo nacional de la Juntanza de Mujeres.

Las 500 asistentes en Cauca se distribuyeron en ocho mesas de discusión para construir entre todas las propuestas que llevarán en dos semanas a La Habana. Educación para la paz, inclusión de la juventud, el mecanismo de participación en los diálogos con el Eln, paridad política, aprendizajes del proceso de paz con las Farc, ordenamiento territorial, una vida libre de violencias hacia la mujer, economía de las mujeres y protección a los líderes y lideresas sociales fueron los grandes temas de discusión.

Los hombres que fueron, participaron en su gran mayoría en la mesa de líderes sociales y jóvenes. Mujeres trans llegaron a la mesa sobre violencia contra la mujer y población LGBTI; indígenas y campesinas discutieron el ordenamiento territorial desde el punto de vista de las mujeres, la protección al medio ambiente y la educación con enfoque de género y étnico. Al final, las propuestas quedaron consignadas en ocho pliegos de cartulina en forma de camiseta que horas después compartieron entre todas en el Parque Francisco de Paula Santander, en el centro del municipio.

Allá llegaron de nuevo en chivas hacia las tres de la tarde. El parque se llenó de folclor al ritmo de chirimía. Las mujeres bailaron, ante los ojos de otros espectadores del pueblo, en esa soleada tarde en el parque. Grupo a grupo fueron leyendo sus propuestas, se escucharon arengas y aplausos al finalizar el encuentro. Todo el municipio supo entonces que allí se estaban construyendo salidas de paz. Falta que el país entero también lo sepa.

Mujeres unidas en Colombia

La Juntanza de Mujeres es una articulación de más de 24 organizaciones en todo el país, unidas para defender el Acuerdo Final con las Farc y participar en los diálogos con el Eln. Se conformó en 2017 y desde entonces ha buscado incidir en ambos procesos.

En mayo de este año realizaron dos actividades con este fin. La primera fue el taller de género que, junto con la Cumbre Nacional de Mujeres, hicieron con las delegaciones del Gobierno y el Eln en Cuba el 18 y el 19 de mayo. La segunda fue un encuentro en Barrancabermeja, también el 18 de mayo, para hacer el lanzamiento oficial de los diálogos territoriales que se llevaron a cabo el viernes pasado.

Cada uno de los 11 departamentos donde se realizó el encuentro manejó con autonomía las actividades para acercar a las mujeres, pero lo que sí se mantuvo en común fue la discusión de las propuestas, el balance de la negociación con el Eln y la transmisión en vivo con el equipo negociador de Cuba.

En Duitama (Boyacá), por ejemplo, hicieron un mural en el que las asistentes dibujaron sus compromisos para que los diálogos de paz avancen y un ritual de hermandad entre las mujeres. En Bogotá, en el Centro de Memoria, Paz y Reconciliación, se presentaron Daira Quiñones, cantadora del Pacífico, y el grupo Naturaleza Suprema. Y en Neiva se presentaron la obra Cuerpaz y el grupo de danza contemporánea Gioconda.

En total, fueron 2.500 las mujeres que participaron en el diálogo nacional. En Saravena (Arauca) se reunieron 350 y en Bogotá 210.

Cada ejercicio no solo sirvió para pensar la construcción de una paz completa en Colombia, sino que también fue un logro político para las mujeres, quienes además hicieron un llamado a la unión en medio de la polarizada campaña electoral a la Presidencia.

“Lo fundamental que queremos impulsar con esta Juntanza es la posibilidad de que se avance lo más lejos posible en la mesa de diálogos con el gobierno de Juan Manuel Santos para poder entregar la negociación en un punto que sea irreversible para el próximo gobierno”, resaltó Marta Restrepo, vocera nacional de la Juntanza de Mujeres e integrante de la Asamblea Permanente de Mujeres en Medellín.

El turno de las mujeres en La Habana

Para Diana Granados, líder de la Juntanza en Cauca e integrante de Mujeres Diversas y Corporación Ensayos, el principal problema es que la sociedad no conoce en qué consiste la agenda de negociación con el Eln por falta de pedagogía.

“Las mujeres estamos en la disposición de participar. Creemos que este proceso debe tener una estrategia pedagógica más fuerte, y ahí hacemos un llamado a la mesa de negociaciones para que las mujeres también sean informadas de qué está pasando y qué se está negociando. Eso nos parece fundamental”, aseguró.

Por eso, la gran expectativa del encuentro nacional era la videoconferencia con las delegaciones del Eln y el Gobierno desde Cuba. Hubo mucha preparación entre todas las mujeres de la Juntanza para que la transmisión se viera en directo en las 11 regiones. Se decidió mandarles un cuestionario sobre la participación de las mujeres en el proceso y la creación de la Comisión de Género en esta negociación para evitar las intervenciones desde Colombia, por el número tan grande de asistentes y las dificultades que podría traer la conexión vía streaming.

“Queremos decirles a los elenos que paren los fusiles, que cantemos al son de otro bolero, que seamos más conscientes de la realidad que hoy vive Colombia, que hay que ser más solidarios con los acuerdos de paz ya escritos. Que se junten a este diálogo nacional para deponer las armas”, exclamó Dora María Chamorro, directora de Ecofeminizarte y Voces de Mujeres en Cali, y asistente al diálogo nacional en Cauca.

Ella, al igual que el resto de mujeres reunidas en todo el país, estaba a la espera de las respuestas que venían de La Habana. La videoconferencia se logró al mediodía con la delegación del Eln. El Gobierno, por factores de tiempo, decidió enviar un video con las respuestas.

Silvana Guerrero, Consuelo Tapias e Isabel Torres, del Eln, se conectaron al evento. Las tres aseguraron que los diálogos están marchando alrededor del cese bilateral del fuego y del mecanismo de participación de la sociedad, y que esperan tener un borrador de este tema al finalizar este ciclo. También aseguraron que las mujeres están priorizadas en la negociación y que están buscando que el nuevo cese bilateral del fuego tenga claro el grado de afectación que tiene el conflicto armado en ellas.

Angélika Rettberg y Socorro Ramírez, de la delegación del Gobierno, se comprometieron en el video a trabajar el enfoque de género de manera trasversal en la agenda de negociación. “Estamos buscando un cese bilateral cualitativamente mejor, con un impacto diferenciado, que tenga en cuenta las necesidades y particularidades de las mujeres y distintos sectores de la sociedad”, manifestaron. De igual forma, les pidieron a las organizaciones que sigan acompañando el proceso para medir el alcance del enfoque de género en la implementación.

Si bien no fueron puntuales en sus compromisos, Diana manifestó sentirse satisfecha con la buena disposición a escucharlas y recibir las propuestas que resultaron de la Juntanza. Ahora está segura de que las mujeres salieron emocionadas porque su participación es un logro en la construcción de la democracia y la defensa de los derechos humanos en el país.

“Hicimos un manifiesto de nuestra decisión absoluta de decirle sí a la paz”, resaltó Marta, “y reiteramos la necesidad de luchar por la transformación que este país necesita. Con nosotras no cuentan para un escenario reversible hacia la guerra y la confrontación armada. Cuentan para lograr la paz”, concluyó.

Para ver la nota en el medio haga click aquí